El pozo sin fondo de pérdidas en que se convirtió Radiotelevisió Valenciana (RTVV) dejará su rastro durante décadas. Pero su cierre no ha puesto fin al reguero de gastos que supone para la Generalitat. Solo el mantenimiento de una infraestructura que permanece cerrada y ya no emite está costando a las arcas públicas casi 2,6 millones de euros. No se trata de gastos derivados del cierre (indemnizaciones, salarios de tramitación, gastos por productos audiovisuales ya adquiridos) sino contratos que han ido licitándose desde finales de noviembre de 2013, cuando se produjo el cierre.

El primero de ellos, licitado el 12 de febrero de 2014, fue el servicio de asistencia técnica para la elaboración y ejecución de plan de recolección externa del personal, con un valor estimado de 686.375 euros. Un contrato que podría computarse como gasto derivado del cierre.

No lo es, sin embargo, el contrato por la vigilancia y protección de los locales de RTVV, que siguen necesitando cobertura pese a estar vacíos. En una primera licitación en mayo de 2014, por valor de 830.513 euros, el concurso fue declarado nulo. Fue licitado nuevamente el 5 de enero (685.475 euros).

Las instalaciones del ente también suponen gasto en concepto de limpieza y jardinería. El contrato licitado en junio del año pasado ascendía a más de 240.000 euros. De nuevo fue declarado nulo por falta de ofertas. Poco después salió a concurso el mantenimiento de las infraestructuras e instalaciones: otros 200.000 euros.

Y hace unos pocos días, a punto de terminar la legislatura y antes de las elecciones, se publicó en el DOCV la contratación del servicio de gestoría contable, fiscal y laboral para el ente público y para la SAU de RTVV, por 121.000 euros, así como otro procedimiento abierto para «la contratación de la obra de reforma para la sustitución de carpintería de fachadas de caja de escalera y ascensores del CPP de Burjassot»: 203.223 euros.

En total, más de dos millones y medio para una casa que en unos meses podría volver a llenarse de actividad.