Compromís y PSPV ya diseñan el futuro gobierno valenciano donde todo está por hacer, desde el número de conselleries hasta si se eliminarán las secretarías autonómicas para reducir el volumen de altos cargos. Compromís realizó el viernes su propuesta de Consell con ocho departamentos y una vicepresedencia con atribuciones de Presidencia y Bienestar Social con portavocía para Mònica Oltra y con Ximo Puig de presidente de la Generalitat.

Los socialistas aseguran que la portavocía del Consell, que Oltra considera «irrenunciable», no será motivo de ruptura y de tensión y podría ser para la líder de Compromís, aunque con un matiz. La rueda de prensa de los viernes, donde el portavoz del Gobierno valenciano da cuenta de los acuerdos del Ejecutivo, la debería realizar un independiente con grandes dotes de comunicación, que podría ser un periodista. Todas las otras funciones del portavoz podrían que ser para la vicepresidenta, en una clara intención de que el protagonismo mediático no se dispare.

Pero si la portavocía es una de las exigencias innegociables de la coalición, los socialistas consideran «irrenunciable» la conselleria de Presidencia de la Generalitat, que debe estar entre las atribuciones directas del jefe del Consell. En el PSPV argumentan que si Oltra tuviera estas competencias se vaciaría de contenido la figura del presidente. Entre las bicocas de esta departamento están la atribución de licencias de radio y televisión (en la actualidad paralizadas y con la posibilidad de cambiar todo el sistema audiovisual), el gabinete de análisis de la acción de gobierno o la publicidad institucional. Aunque todo es negociable, incluso que los compartimentos cambien de conselleria.

De todas maneras, los socialistas quieren quitar hierro al reparto de poder en el Consell y aseguran que en Presidencia podrían haber direcciones generales en manos de altos cargos elegidos por Compromís. Lo mismo dijo Oltra en la presentación de su propuesta, que los cargos intermedios deberían ser «mestizos». «Un sólo Consell», esa es la obsesión de la líder de Compromís y de Puig.

Más allá de las competencias que se han reclamado públicamente, en la reunión de los negociadores se dirimieron pocas cosas más. Tras el fin de semana, en el que los dos partidos prepararán sus propuestas y sus nombres, los equipos de PSPV y Compromís se volverán encontrar el martes.

Pese a lo prematuro de las negociaciones, sí que existen preferencias. El partido que lidera Mònica Oltra estaría dispuesto a asumir la Conselleria de Hacienda y Administraciones Públicas, el departamento que gestiona los ingresos y los gastos de la Generalitat. Además, el conseller de Hacienda se puede convertir en una de las cabezas visibles del Consell porque es quien viaja a Madrid a las reuniones del Consejo de Política Fiscal y Financiera, donde se debate la financiación. Eso sí, el presidente puede cambiar esta atribución a otro departamento como podría ser vicepresidencia o Economía.

Un sector importante de Compromís sería partidario de ceder la Conselleria de Educación al PSPV. En la coalición están convencidos de que romperían muchos mitos y están seguros de que los socialistas imprimirían un sello similar al que pudiera dar un nacionalista. De hecho, la inmersión lingüística es un invento de Ciprià Ciscar cuando fue conseller de Educación del Gobierno de Joan Lerma. Se evitarían los conflictos en un departamento con sindicatos muy beligerantes y que el PP va a convertir en centro de sus críticas.

Los equilibrios del pacto entre PSPV y Compromís también deberán dirimirse en los plenos del Consell. La propuesta de Oltra de diez consellerias podría provocar empates técnicos en caso de que hubiera una votación conflictiva si finalmente los socialistas se quedan cuatro consellerias y la presidencia y la coalición cuatro departamentos y la vicepresidencia.

La ley del Consell de Lerma contemplaba en su artículo número 28 el voto de calidad para el presidente en caso de empate en el pleno, pero en la actual normativa reformada por el PP no se especifica. En los últimos años lo habitual ha sido que no se votara, ya que los populares han tenido mayoría absoluta, aunque todos daban por hecho el doble voto del presidente. El PSPV quiera esa ventaja para Puig.