Varias tormentas convirtieron la jornada de ayer en un auténtico día de finales de verano, cuando el calor de agosto da paso a la entrada del otoño con la gota fría. Granizo, lluvia racheada e incluso una manga de agua hicieron acto de presencia en distintos puntos de la Comunitat Valenciana, llegándose a acumular hasta 51,3 litros por metros cúbicos en el aeropuerto de Valencia.

El granizo fue el protagonista indiscutible de la mañana, acompañado de fuerte aparato eléctrico (que también estuvo presente por la tarde). La localidad de Manises fue la más afectada por la piedra, junto con Riba-roja y l´Eliana. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) avisó de que podía caer pedrisco de más de dos centímetros de diámetro.

Estas precipitaciones obligaron a desviar varios vuelos hacia los aeropuertos de Alicante y Barcelona. En concreto, los aviones que venían de Bolonia, Londres, Roma, París, Frankfurt y Trieste. Las lluvias intensas de la tarde provocaron también que hasta cinco aviones se mantuvieran a la espera de que se despejara la pista de Manises y poder tocar tierra. Los servicios de Bomberos del Consorcio de Valencia y Alicante realizaron achiques de agua, retiraron ramas caídas en la vía publica, coches inmovilizados y terrazas inundadas. También actuaron por cortes de luz, como el que ocurrió en Paterna y que dejó a parte de la población a oscuras durante más de hora y media.

Por otra parte, el 112 recibió decenas de llamadas desde los municipios de Riba-Roja, l'Eliana, Manises, Paterna y Valencia capital. Por su parte, el Consorcio de Castelló tuvo que rescatar a primera hora de la mañana un coche que había quedado atrapado por la lluvia, con dos ocupantes a bordo, en Benicarló. Las tormentas dejaron imágenes espectaculares como la manga de agua, que muchos identificaron como un tornado, visible desde varios puntos, como Port de Sagunt, Almenara, Canet d´En Berenguer o Port Saplaya.

Corte en la línea 1

En cuanto a las precipitaciones, en localidades como Calles se llagaron a recoger más de 30 litros en solo 15 minutos. En cuestión de media hora cayeron más de 40 en el aeropuerto de Manises, que terminó acumulando más de 50 litros por metro cúbico. Estas lluvias afectaron además al servicio de la línea 1 del metro, interrumpiendo la circulación del metro desde Fuente del Jarro a Paterna cerca de 45 minutos, según informaron fuentes de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana. La inundación de parte de las vías obligó a los maquinistas que conducían convoyes en ambas direcciones a tomar tal decisión.

La causante de esta tormentosa jornada fue una vaguada de aire frío, según indicaron fuentes de Aemet a este periódico. Este tipo de tormentas son habituales en primavera, «aunque normalmente más hacia el interior», añadieron las mismas fuentes. El fenómeno se desplazó por la mañana «de manera más lenta» afectando a una «extensión limitada», aunque por la tarde ya había tocado varias comarcas.