La política es poder y el poder lo otorga el presupuesto disponible para aplicar las políticas. Los ganadores de las pasadas elecciones autonómicas y municipales, los partidos de centro izquierda, valencianistas y ecologistas, gestionarán aproximadamente 23.042 millones de euros cada año de la legislatura que ahora empieza. Cargos electos de PSPV, Compromís, EUPV, afines a Podemos y los Verdes dirigirán los presupuestos de 313 ayuntamientos, la Generalitat y la diputación de Valencia, a falta de saber cómo acaba la diputación de Alicante, en la que las fuerza están equilibradas entre el bloque de izquierdas y el PP y donde Ciudadanos se tendrá que decantar. Estas nuevas políticas llegarán a casi 4,5 millones de valencianos. La misma responsabilidad que consiguieron los populares en 2011.

Donde teóricamente más se debe notar el cambio de políticas es en la Generalitat, puesto que el presupuesto que maneja la administración autonómica es de unos 17.000 millones de euros, 17.191, según los presupuestos de 2015. El problema con que se encontrarán Ximo Puig y Mònica Oltra cuando lleguen al Palau es que la deuda de la Generalitat ronda los 40.000 millones de euros, lo que maniatará sus políticas. PSPV y Compromís deberán priorizar y es ahí donde se podrán observar los cambios en la administración. Bienestar Social e Industria y Turismo serán las niñas bonitas del nuevo ejecutivo que tendrá que lidiar con el pago de intereses y que depende principalmente de las transferencias del Estado, puesto que la administración valenciana tiene cerrado el grifo de los mercados financieros. Tampoco parece que en 2015 se incrementen en exceso los ingresos sino se modifica el sistema de financiación de las comunidades autónomas.

Los ayuntamientos son verdaderas joyas para los nuevos gestores de izquierda. Pocos tienen una deuda inasumible y muchos han saneado sus cuentas gracias al plan de pago a proveedores del Gobierno. Ese dinero, el de los consistorios, es el que el vecino percibe directamente. Los partidos de izquierdas tendrán 313 ayuntamientos y 5.431.947.090 euros, según los ingresos de estos municipios en 2014 que recoge el Ministerio de Hacienda. Más de 900.000 millones de pesetas para invertir en políticas locales.

Las cuatro grandes ciudades en manos de la izquierda; Valencia, Alicante, Elx y Castelló, tendrán 1.296,5 millones de euros para sus respectivos presupuestos. Aunque igualmente importantes son estos euros que los 292.000 que ingresa el ayuntamiento de Almedíjar (Alto Palancia) para hacer políticas para sus 261 habitantes.

La izquierda distribuirá casi el 90 por ciento del pastel municipal porque ha copado todas las ciudades grandes y medias excepto Orihuela y Benidorm. El PP sólo ha resistido en los pequeños municipios de la Comunitat Valenciana rural. 4,5 millones de valencianos estarán bajo el paraguas de las políticas de izquierda.

Pero si los ayuntamientos son importantes no menos los es la diputación de Valencia, en cuento a presupuesto y capacidad de gasto. En 2014, según el Ministerio de Hacienda, el ente provincial ingresó 419 millones que pudo destinar a los pequeños municipios. Su buena situación financiera garantiza dinero fresco para inversiones y planes de urgencia, unos 200 millones para gastar mañana.

En el PSPV y Compromís, que controlarán el ente provincial ya hablan de coordinar estos presupuestos con los autonómicos y municipales para acudir a apagar los incendios sociales más acuciantes.

En caso que la diputación de Alicante acabara en manos de la izquierda habría que sumar otros 248,2 millones para gestionar.