Pasaban las 10:30 de la mañana y algunos ya habían salido del examen. Muchos llevan todo el año estudiando para este día y aprovechan hasta el último momento para volcar todos sus conocimientos en el folio. Otros acuden al examen para probar suerte y, si les toca un tema que se han estudiado se quedan. De lo contrario, se esperan los veinte minutos reglamentarios, se levantan y entregan el examen en blanco. «Es la cuarta vez que nos presentamos, pero desde 2010 no se abrían plazas de esta especialidad y sin motivación es muy difícil prepararse como toca el examen», explicó una pareja de biólogos a la salida del examen.

El caso de la oposición de Biología y Geología descorazona a muchos, ya que únicamente salen a 10 plazas para toda la Comunitat, mientras que sólo en el IES Serpis ya se presentaban cerca de 500 personas. Una de las que se examinaba ayer en el IES Serpis sacó hace cuatro años la mejor nota de su tribunal y aún así se quedó sin plaza porque «primaba la antigüedad». «Después de cuatro años sólo me han llamado una vez, que fue el mes pasado y para cubrir una baja de diez días», explicó. En general, predominaba el desánimo y muchos ya han optado por intentarlo en otras comunidades donde sí abren plazas. Es el caso de dos valencianas de 30 y 32 años que trabajan en Cataluña a las que les «encantaría trabajar aquí, pero nos toca irnos a otras comunidades». Ambas se han examinado también en Aragón y en comparación se quejan de la falta de información en Internet sobre los horarios en Valencia. «En Aragón lo puedes encontrar todo en Internet: el día en el que lees, cuándo tienes el práctico, la defensa, incluso saber si has aprobado, mientras que en Valencia tienes que desplazarte al centro para saberlo», asegura una de las aspirantes.

Este año se suma además la incertidumbre de no saber qué contará a la hora de hacer la selección, debido a una reciente sentencia sobre la elección de los docentes. «Hemos venido a examinarnos sin saber nada porque no tenemos claro qué contará: si la nota o la antigüedad», explica una de las aspirantes a una plaza pública como profesora de Biología.