Como si fuera una reencarnación híbrida entre Nostradamus y Paquita la Rebentaplenaris, la portavoz de Ciudadanos, Carolina Punset, profetizó ayer en las Corts que la unión entre el PSPV y Compromís traerá un apocalipsis de ignorancia «aldeana» y falta de competitividad de los jóvenes por culpa de la escolarización en valenciano y la presencia del «nacionalismo soberanista» en el Consell, representado por un Bloc que apoya la independencia y «los Países Catalanes» [sic].

A los socialistas les vaticinó que acabará como el PSC, «que pactó en 2000 con el nacionalismo más rancio». Así se resume la intervención de Punset, ante la mirada atónita de la bancada del PP, que vio cómo Ciudadanos desenterraba el fantasma del anticatalanismo, corregido y aumentado, con sus diatribas contra la inmersión lingüística y contra Ximo Puig, al que acusó de flirtear con el independentismo. «Dice que está exhausto de ofrendar nuevas glorias a España, de eso al 'España nos roba' hay un paso», le espetó desde la tribuna. En la réplica, el de Morella le aclaró que el «valencianismo que yo represento no es un peligro». «Nadie duda de que el valenciano es un bien cultural y ha de protegerse y aprenderse, pero si se convierte en lenguaje único frena el desarrollo personal, profesional y colectivo», alertó. Porque el saber no ocupa lugar, pero sí tiempo. Y el tiempo «es escaso, no se puede saber de todo y allí donde triunfa la inmersión lingüística, volvemos a la aldea», comentó en línea con el discurso más genuino de Ciudadanos en Cataluña. El calado de su intervención fue ahondando en intensidad y llegó al momento clave: «Puede ser muy emotivo abandonar las lenguas universales para proteger una minoritaria, pero poco útil para encontrar empleo».

Punset lamentó la siuación de aquellos que no pueden pagar educación privada y denunció que el español no puede aprenderse por «ósmosis». Como si quisiera aplicar anestesia, Punset arrancó su discurso con un «nuestro grupo se alegra de que haya cambio, es cuestión de higiene democrática», pero pronto anunció su no a la investidura, al acusar a Puig de ser «populista» al «prometer, agua, luz. vivienda y RTVV para todos», sin explicar «de dónde piensa sacar el dinero». «Las diputaciones no dan para tanto», concluyó Punset.