El Consell de Ximo Puig arrancó ayer con una dato que le ata las manos para poder aplicar su ambicioso programa político y social, al menos sin saltarse el dogma de la austeridad. Ayer, el Ejecutivo central dio a conocer los datos de déficit de las Administraciones Públicas y reveló que la Comunitat Valenciana duplica en el mes de abril el volumen del mismo periodo de 2014. Un 0,46 %, frente al 0,2 del año pasado, y que lo deja a tan solo tres décimas de superar el límite del 0,7 % fijado por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro para todo el año. El informe oficial evidencia que el nuevo Gobierno valenciano nace condenado a incumplir el límite marcado por el Estado.

En número absolutos, el desfase entre ingresos y gastos supone un lastre de 473 millones de euros en los cuatro primeros meses que a final de año superará de largo los 1.000 millones. La Comunitat Valenciana sigue como segunda autonomía con más déficit en términos relativos, sólo superada por Extremadura. En términos absolutos es la cuarta, después de Madrid, Cataluña y Andalucía. La necesidad de financiación es una de las cuestiones clave del Ejecutivo bipartito y que el nuevo conseller de Hacienda, Vicent Soler, pondrá encima de la mesa cuando asista mañana al Consejo de Política Fiscal y Financiera que preside Montoro.

Esta reunión está convocada para aprobar el techo de gasto. Será una reunión a la que no acudirán los representantes de las comunidades autónomas con nuevo gobierno, excepto la Comunitat Valenciana y Andalucía. La intención de Soler es pedir un aplazamiento de dos meses para entregar el plan de ajuste, obligado por los incumplimientos de ejercicios anteriores. No descarta sumar apoyos en otras autonomías infrafinanciadas para hacer un frente común. El propio presidente de la Generalitat ha anunciado que pedirá 1.300 millones para compensar a la Generalitat hasta que se apruebe un nuevo modelo de financiación.

La situación es tan preocupante que la segunda llamada del presidente de la Generalitat tras entrar en el Palau fue al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Al no obtener respuesta desde el lunes, Ximo Puig ha optado por mandar una carta a Rajoy en la que le pide una entrevista donde le reclamará una financiación justa para los valencianos. Es la primera misiva institucional entre el Palau y Moncloa.

Ayer fue la toma de posesión de los ocho consellers y la vicepresidenta en el Palau de la Generalitat. Puig aseguró que la «ambición» por «cambiar las cosas» del nuevo Consell «será infinita» y que el «camino» es estar «comprometidos hasta la médula con todas las causas justas». El presidente les pidió «máxima dedicación, intensa proximidad y la máxima inteligencia emocional» para generar «una nueva complicidad» al servicio de la ciudadanía y de la Generalitat.

Oltra llora con el himno

Según dijo, este es un Consell que quiere abrir las puertas de la transparencia y sobre todo luchar para que ningún valenciano se quede «al margen» del «nuevo futuro». El acto de toma de posesión finalizó con el himno de la Comunitat Valenciana. De los diez miembros del nuevo Gobierno, sólo Mònica Oltra cantó la letra. A la vicepresidenta se le escaparon algunas lágrimas en las estrofas más emotivas. En el acto ya se vieron las distintas complicidades entre los nuevos dirigentes.