El primer reto con el que se ha encontrado el equipo de la Conselleria de Hacienda al aterrizar en el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) no es estrictamente económico, sino jurídico: desmontar lo que se ha venido a llamar en las reuniones de trabajo el «modelo Buch». Durante la pasada legislatura, el PP vació el IVF de las competencias que en la práctica le convertían en un banco: la capacidad de prestar dinero a empresas. El exconseller Máximo Buch se llevó esta atribución desde el IVF (dependiente del conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues) a su cartera, Economía, y creó dentro del nuevo Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) la división Ivace Financiación.

Según reconocen fuentes de la anterior administración, aquella decisión derivada de disputas internas ha sido un desastre que empantanó tanto el IVF como el nuevo Ivace Financiación. Toda la cartera de avales de la Generalitat tuvo que pasar del IVF a Economía, un laberinto burocrático que hace unas semanas aún no estaba culminado por los anteriores gestores.

En paralelo, Ivace Financiación se convertía en el prestador oficial para empresas, pero con una capacidad muy limitada, ya que apenas dispone de los recursos que pone el Consell a su disposición. El único con capacidad para endeudarse en nombre de la Generalitat es el IVF. Y cada aval que quería otorgar el Ivace debía autorizarlo a su vez el IVF: trabajo por duplicado.

En medio de toda esta situación, el Instituto Valenciano de Finanzas se había convertido en la práctica en una especie de «banco malo», sostenedor de todos los avales conflictivos como los de los equipos de fútbol.

En este contexto, el nuevo Consell ha sido «fulminante» en el desmontaje del «modelo Buch». Los nuevos equipos de Hacienda (PSPV) y Economía (Compromís) ya han analizado la situación y han acordado retrotraer las competencias para que el IVF pueda ser un «banco público que pueda prestar a empresas y familias», explican desde el Consell. «No para que el IVF esté al servicio de la Conselleria de Hacienda sino de toda la Generalitat», apuntan. Los equipos del IVF y Economía, liderados respectivamente por Manuel Illueca y el director general Paco Álvarez ya trabajan mano a mano para diseñar futuros planes de apoyo empresarial: Economía marcará las directrices y el IVF ejecutará.

Ahora mismo el reto es jurídico, para recuperar lo antes posible esa competencia. Se barajan varias vías, desde utilizar la ley de acompañamiento a los presupuestos hasta utilizar un decreto, con el objetivo de que en unos seis meses el IVF ya pueda tener «función social», concediendo microcréditos y líneas de apoyo al tejido productivo.