Las obras de remodelación del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zapadores en Valencia arrancaron ayer entre críticas de la plataforma CIE No para que se cierre de manera definitiva esta «cárcel» para gente que sólo ha cometido una falta administrativa y la reivindicación del Gobierno de que la reforma pretende hacer «más confortable» la instalación. En palabras del nuevo delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, el objetivo de las obras es «mejorar las condiciones del centro y hacerlo más confortable». Hasta la fecha, la ocupación del CIE de Zapadores era de 17 internos masculinos. Ya no queda ingresada ninguna mujer, y a lo largo de esta semana, han salido los que quedaban, deportados, en libertad o reubicados en otros CIE. Las obras se completarán en un plazo de «entre dos y tres semanas» y pretenden, según Moragues, «mejorar la habitabilidad y el uso» del CIE, en línea con la determinación de su departamento de «estar al lado de las personas necesitadas, como son los inmigrantes». En concreto, se acometerá la mecanización automática de la apertura de las puertas de acceso a las habitaciones y la colocación de interfonos para que, desde cada habitación, los internos puedan avisar al servicio de seguridad cuando tengan necesidad de hacerlo.

Respecto a las críticas por el tratamiento que reciben los internos en estas instalaciones, Moragues se ha comprometido a «escuchar y atender todas las reclamaciones que se hagan y procurar las mejores condiciones de uso y habitabilidad de estos centros».

Por su parte, la Campaña por el cierre de los CIE (CIEs NO), compuesta por más de 30 organizaciones, lanzó ayer #VLCsenseCIE, una campaña en las redes sociales para exigir el cierre definitivo del centro de Zapadores. Ana Fornés, portavoz de CIEs NO, ha explicado que el cierre del centro debe ser «definitivo, e inmediato». «Por muchas reformas que se hagan, se seguirán vulnerando los derechos fundamentales», añadió.