El nombre es largo, pero costó menos bautizarla que conseguir que empiece a andar. El nacimiento de la Conselleria de Transparencia, Responsabilidad Social, Participación y Cooperación, a cuyo frente está Manuel Alcaraz, no está resultando fácil. En sus escasas semanas de vida, este departamento gobernado por Compromís (con pinceladas de mestizaje socialista) lleva dos choques frontales con sus socios del PSPV y Podemos.

Dos conflictos competenciales. Antes que con Gabriela Bravo (independiente designada por Ximo Puig), el conseller Alcaraz y la vicepresidenta, Mònica Oltra, iniciaron un pulso con el líder de Podemos, Antonio Montiel, a cuenta de la Agencia Anticorrupción. Montiel la quiere adscrita a las Corts y Compromís, colgada del organigrama de la conselleria. Si bien, admiten que con un director elegido por las Corts y por mayoría cualificada.