El exconcejal del Ayuntamiento de Valencia y hombre de confianza de la exalcaldesa Rita Barberá, Miquel Domínguez, se estrenó ayer como diputado en las Corts recuperando el crucifijo en el hemiciclo y con una fórmula de carácter religioso ajena a la oficial que, por este motivo, molestó a muchos de sus compañeros de bancada. Ayer,en el último pleno del periodo de sesiones hasta septiembre, tomaron posesión del acta los nuevos parlamentarios en sustitución de los que han saltado a otros cargos.

En el caso del popular, entró al correr la lista tras el nombramiento del exconseller Juan Carlos Moragues como delegado del Gobierno. Cuando le llegó el turno, se puso en pie desde el escaño, donde previamente había depositado un crucifijo pequeño, puso la mano sobre un ejemplar de los Evangelios y «juró» el cargo «ante Jesucristo crucificado y los Santos Evangelios». Numerosos diputados del PP no ocultaron su sorpresa y contrariedad. En privado, criticaron que la actitud de Domínguez desautorizaba la línea del PP de reprochar a la oposición su menosprecio por las fórmulas legales, inventándose otras. Consideraron que, si quería dar un carácter religioso a su juramento, bastaba con depositar el crucifijo.Una cruz que pasó desapercibida para muchos diputados y que evocó la que Juan Cotino „del Opus, como Domínguez„ puso en la presidencia en junio de 2011. Esta, eso sí, no pasó inadvertida.

En el pleno, prometieron el acta los socialistas Mercedes Caballero, Rosa de Falastín Mustafá, Juan Ignacio Subías, Concha Andrés y Rafael Francisco Briet.