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Entrevista | Juan José Hernández Rey

"El gran acelerador nos lleva a un territorio inexplorado"

"Que el IFIC sea un centro Severo Ochoa nos abre puertas al situarnos en la élite de la investigación"

"El gran acelerador nos lleva a un territorio inexplorado"

Asume a la dirección del IFIC con «un pan debajo del brazo», lo digo por la distinción del instituto por parte del Gobierno como centro de excelencia investigadora Severo Ochoa y la financiación que conlleva de un millón de euros anuales durante cuatro años ¿Qué supone este empujón?

Nos va a permitir hacer muchas cosas adicionales. Evidentemente el Severo Ochoa tiene las ventajas económicas de esa financiación que permite, por ejemplo, hacer un programa aún más activo de intercambio de investigadores, invitar a que vengan al IFIC distinguidos científicos extranjeros. Además hay becas asociadas al programa, con lo cual es claro que activa la vida del instituto, incluso a nivel operativo pues ahora en muchas instancias nos piden cofinanciación. Es decir, nos ofrecen proyectos si aportamos una parte del dinero. No es despreciable ser uno de los 20 institutos en España, o uno de los 8 de los más de 120 que tiene el CSIC, o uno de los tres de la C. Valenciana, con este sello de excelencia. Hay que reconocerlo que es estar en una élite, y eso abre puertas.

Cuesta encontrar un gran proyecto internacional de física de partículas donde no participen...

No se puede estar en todo, pero es verdad que participamos un poco en lo más selecto. Lo que si nos preocupamos, en cierta medida, es formar grupos lo suficientemente potentes para que tengan impacto en estas grandes colaboraciones, por ejemplo, en el detector de partículas ATLAS del Gran Acelerador de Hadrones, el LHC de Ginebra. Es evidente que en proyectos donde hay miles de científicos es muy importante no solo la calidad de los que participan sino la coherencia de los estudios que están haciendo para tener impacto, porque la competencia es feroz.

Centrándonos en el LHC, se ha reencendido a casi a su potencia máxima. ¿Qué nueva física puede alumbrar tras el hallazgo del bosón de Higgs?

Es territorio inexplorado, y eso es lo que tiene de fascinante. Con el descubrimiento del bosón de Higgs se cerró una época y al mismo tiempo se abrió otra. El hallazgo nos permitió culminar el modelo estándar de la física de partículas de una forma exitosa, pero sabemos que no es el final, sino que estamos entrando en territorio inexplorado donde esperamos observar fenómenos nuevos. Estos próximos tres o cuatro años nos pueden dar de alguna manera esas respuestas a si hay algo más allá del modelo estándar.

Otro campo puntero del IFIC es la física de neutrinos en la que usted trabaja. El primer físico experimental de partículas español en lograr una beca «Advanced Grant», el programa de investigación de mayor prestigio que financia la UE, es un investigador de su instituto, el científico Juan José Gómez Cadenas, que lidera desde Valencia el experimento más ambicioso que se acomete en España en física de neutrinos, el proyecto NEXT. ¿Por qué es tan fascinante la física de neutrinos?

El neutrino, debido a que tiene una interacción muy pequeña con la materia, es muy complejo de estudiar y por eso lo conocemos menos. A medida, que lo vamos descubriendo vemos que hay todo un mundo en él que está conectado con el sector de los quarks, el de la materia hadrónica, que nos era prácticamente desconocido. Sabemos, por ejemplo, que la materia hadrónica tiene formas de combinarse, lo que se llama mezclas de las familias, que han sido muy bien estudiadas durante medio siglo. En el sector neutrino esas mezclas las conocemos prácticamente desde los años 90. La propia naturaleza del neutrino como partícula, esto que estudia el profesor Gómez Cadenas, está todavía por dilucidar. ¿Qué tipo de partícula es el neutrino? Todavía no lo sabemos. Su empleo, como hacemos nosotros en los telescopios de neutrinos, como mensajero cósmico es una ciencia que está apareciendo ahora.

Fue portavoz adjunto del experimento Antares, que construyó el primer telescopio de neutrinos submarino del mundo, y ahora participa el KM3Net, que planea desplegar un gran telescopio submarino de neutrinos de varios km3 en el fondo del Mediterráneo ¿Cuál es el objetivo?

La idea es hacer astronomía con un nuevo mensajero. Tenemos muy pocos mensajeros astronómicos. Uno de ellos es la luz o todo el espectro electromagnético, que lo hemos empleado a fondo: la parte visible, el fondo de microondas para conocer el Universo en toda su totalidad y ahora los rayos gamma... Sin embargo los neutrinos no lo hemos aprovechado tanto.

¿Qué tienen de especiales?

Que interactúan muy poco con la materia. Aunque esto hace que los telescopios sean muy dificultosos de construir, pues hay que recurrir a enormes masas de agua, por otro lado los convierte en mensajeros especiales al proceder de zonas muy densas. Por ello ya los hemos empleado para estudiar el Sol. La luz que recibimos del Sol está producida por las reacciones nucleares del interior de esta estrella y tarda varios años en salir la superficie, por lo que nos llega mediatizada por toda esa materia solar. Sin embargo, el neutrino nos llega directamente desde el reactor nuclear que forma el Sol. Y lo mismo sucede con otros fenómenos enormemente energéticos que están ocurriendo en el Universo.

¿Por ejemplo?

Recibimos rayos cósmicos con energías muy superiores a las del LHC, pero desconocemos cuáles son sus aceleradores. Tenemos sospechas, por ejemplo, sabemos que los centros de las galaxias contienen enormes agujeros negros que a su vez producen chorros de partículas, eso es un posible candidato, pero no hay aún ninguna demostración cierta de que lo sea. El neutrino sería uno de los mensajeros que nos podría informar de cuáles son esos aceleradores cósmicos. Además, sabemos que la mayoría de la materia en el Universo es desconocida porque los efectos gravitatorios nos dicen que lo que estamos viendo no es lo único que hay. También pensamos que los neutrinos podrían ayudarnos a establecer la naturaleza de la materia oscura que no vemos porque no refleja la luz y que la llamamos así al no saber lo qué es.

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