La facultad otorgada por el Consell a los equipos directivos de los institutos públicos de no incluir la formación religiosa en el programa de 1º de Bachillerato y la petición por parte de la confederación de Ampas Gonzalo Anaya „mayoritaria en las escuelas públicas„ de reducir a la mitad las clases de religión en los colegios han puesto en pie de guerra a los docentes que imparten esta materia en los centros valencianos. Mientas tanto, Joves Socialistes se apunta a la eliminación de esta materia. Un nuevo frente en el departamento de Vicent Marzà.

Así, la filial valenciana de la Asociación Profesional de Profesores de Religión en Centros Estatales (Apprece) „sindicato más representado entre el colectivo afectado„ apunta que si durante el próximo curso se llevaran a cabo los dos cambios en la materia «se pondrían en peligro los puestos trabajos de cientos de profesores de religión que actualmente dan clase en centros de Castelló, Valencia y Alicante».

Antonio José Díaz, presidente de Apprece-CV, explicó ayer a Levante-EMV que «la conselleria sabe que lo que ha hecho no está bien, que es ilegal, y por ello le pasa la pelota a los claustros, para que sean los equipos directivos los que decidan en última instancia. Les pasan un muerto».

A su vez, el portavoz de los docentes comentó que «la Generalitat sabe que está incumpliendo la ley con el nuevo cambio normativo que permite que la religión no esté entre las dos optativas al alcance de los estudiantes. Ofrecer esta formación es obligatorio para los centros y cursar esta materia es una opción para los alumnos. La Lomce es muy clara al respecto».

A su vez, Díaz también valoró la propuesta realizada por las asociaciones de padres y madres, tildando de «despropósito» la petición: «Que a estas alturas salgan con esto no tiene ningún sentido. Los horarios y el número de profesores de religión del próximo ejercicio lectivo ya están perfilados. Es una ocurrencia que causaría que cerca del 50 % del profesorado de religión se viera afectado. Bajarían de forma drástica la carga lectiva y el índice de docentes contratados».

El colectivo de profesores de religión que imparten clases en los centros públicos de la Comunitat Valenciana esta formado por cerca de 1.500 docentes cada año, cuyas nóminas globales superan los 48 millones de coste. Desde Apprece apuntaron que «entre sustituciones y bajas dan clase cada año unos 1.5000 docentes. Son personas que sufren mucho estrés, ya que no saben donde trabajarán antes del inicio de curso ni en que condiciones lo harán».

Joves socialistes pide la retirada

Y el debate sobre la asignatura de religión también ha saltado al terreno político. Así, desde Joves Socialistes del País Valencià (JSPV) reclamaron ayer al conseller Vicent Marzà «la eliminación de la asignatura de religión del currículum escolar en todas las etapas de la enseñanza pública».

«Es incompatible impartir dogmas de fe en un aula y defender una educación pública, laica y de calidad, capaz de formar ciudadanas y ciudadanos libres desde el debate y la participación», declara esta formación.