Apenas unas horas después de la derrota electoral del 24M, el mismo lunes 25, en el registro de las Corts había movimiento. La exsecretaria de la Mesa y exmiembro de la dirección del grupo popular, María Fernanda Vidal, se había plantado ante la ventanilla para presentar un escrito por el que «dejaba sin efecto» el registrado anteriormente mediante el que renunció a la paga extraordinaria completa de 2012, cuya devolución acordó inicialmente la Cámara. Vidal no repitió en la lista por Castelló; la debacle del 24M dejó al PP sin margen para recolocar agraviados. Otro compañero, Antonio Peral, hizo algo similar: Iba el número 21 por Alicante, donde el PP logró 11 escaños. Sin expectativas de entrar, acudió a las Corts para parar su petición de retornar la extra de 2012 completa, tal como en marzo les ordenó el PP.
No fueron una excepción. La expresidenta de las Corts y procesada en el caso Gürtel, Milagrosa Martínez, quien inicialmente no dijo nada sobre el reintegro de la paga, con lo que en la casa se interpretó que asumía la decisión general de devolver los fondos cobrados, trasladó posteriormente a la institución su deseo de percibirlo todo. Vidal recuperó unos 2.500 euros, Peral salvó el último plazo de la devolución en varios meses que solicitó y Martínez, los únicamente 438 euros que le correspondían, toda vez que en 2012 cobraba su sueldo como alcaldesa de Novelda y en las Corts, solo algún complemento.
La polémica estalló en marzo. En pleno periodo preelectoral, Levante-EMV desveló que las Corts habían aprobado devolver prácticamente íntegra la extra suprimida de 2012 (como a los funcionarios de la Cámara) mientras al conjunto de los empleados públicos de la Generalitat y del Estado solo se les reintegraría el 25 %. Los diputados, al igual que el personal del Parlamento, se beneficiaban así del retraso de la Cámara en adoptar en 2012 el acuerdo de eliminación de la extra de Navidad. Los funcionarios en general solo devengaron derecho por 44 días; en las Corts, por la casi totalidad (97 %). El Legislativo abonó la extra a los parlamentarios en la nómina de febrero pero la escandalera en marzo llevó a los partidos a exigir a los diputados que devolvieran la parte que excedía del 25 %, para equipararse así a la generalidad de los empleados.
Maniobra para no salir en la foto
Las Corts dieron un plazo para que los diputados renunciaran. El último día, 23 de marzo, asumieron la devolución 84; entre los que no lo hicieron o no dieron señales de vida, estaban los involucrados en casos de corrupción. La mañana del 23 de marzo, tras filtrarse que Vidal era la única diputada en activo que no quería retornar el dinero, presentó un escrito in extremis, bastante críptico, que se interpretó como que aceptaba renunciar, aunque a plazos, en las nóminas de abril, mayo y junio. Así logró no salir en la foto. El 25 de mayo lo cambió por otro donde alegó que «ha tenido conocimiento» de que otros diputados no lo han devuelto y hay sentencias que avalan el cobro.
Peral, quien también había pedido la devolución fraccionada, salvó el último mes y renunció a pelear por el resto. Ante el plazo del 23 de marzo, Martínez no dijo nada. Pero cuando la Mesa se dirigió a ella apuntando que no habían podido localizarla (es lo que trasladó el PP) la expresidenta respondió mostrando su extrañeza, ya que, dijo, se le podía encontrar en el ayuntamiento. Y, claro, exigió sus 438 euros. El cambio para pasar a no descontarles nada se materializó por la Mesa en el periodo entre el 24M y la constitución de las nuevas Corts.
