En Génova se ironiza sobre el axioma que marca que los estatutos del partido han de ser lo suficientemente ambiguos como para, al final, hacer lo que convenga. Y este podría ser el caso. En junio de 2014 el PPCV no pudo nombrar secretaria general a Bonig porque no era miembro del comité ejecutivo y los estatutos lo exigen. Crearon el puesto de «coordinadora general» con funciones de secretaria general para salvar el escollo. ¿Y ahora qué? ¿No podía ser secretaria general pero sí presidenta? La respuesta es que, como ya es miembro del comité en calidad de «coordinadora», ya puede ser nombrada presidenta.