El primer atlas genético de las 228 especies conocidas de mariposas que pueblan la Península Ibérica, de las cuales 170 vuelan en la Comunitat Valenciana, revela que el 28 % de estos lepidópteros ibéricos ocultan especies nunca descritas. Este sorprendente mapa de la diversidad genética de estos bellos insectos es fruto de 10 años de trabajo de un equipo de ocho investigadores liderados por Roger Vila, del Instituto de Biología Evolutiva del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona. Entre los científicos que llevan desde 2006 embarcados en el proyecto está el entomólogo valenciano Sergio Montagud, investigador del Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva de la Universitat de València.

Unas 700 de las 3.500 muestras de ADN mitocondrial de mariposas ibéricas que se secuenciaron en Canadà para este atlas mediante la técnica del «código de barras genético» (Barcoding, en inglés) fueron extraídas en la C. Valenciana, «una de las regiones más ricas en cuanto a lepidópteros debido a la confluencia de varias cadenas montañosas», apunta Montagud.

Este especialista relata que el barcoding genético es una técnica cada vez más utilizada en los estudios de biodiversidad, ya que «permite secuenciar un fragmento muy corto del genoma de los animales pero con suficiente información para distinguir especies» a un coste barato.

Especies «crípticas»

La comparación de las secuencias genéticas con los datos conocidos de mariposas de Europa, según los autores del atlas, indica que entre los 228 lepidópteros ibéricos podría haber hasta un 28 % de «especies crípticas», es decir, que han pasado desapercibidas al ser morfológicamente muy parecidas entre si. «Vemos la naturaleza con nuestros ojos y muchas de las mariposas que nos parecen iguales no las podemos distinguir porque tienen características distintivas invisibles para nosotros. Pero el análisis del ADN permite llegar a un nivel de diferenciación impensable hasta hace unos años», aclara Vila.

Montagud detalla que la gran diversidad hallada «abre nuevas puertas a la investigación para conocer las barreras biológicas que se esconden detrás de cada una de estas especies crípticas». «Imaginamos „prosigue „ que puede haber diferencias en los órganos copuladores, en las feromonas o comportamientos reproductivos o en la elección de hábitats concretos». La ventana abierta por el ADN a la biodiversidad lleva a nuevos estudios para dilucidar cuántas de estas mariposas «crípticas» son subespecies o se trata de nuevas especies, como apuntan ya algunos datos.