El verano y las altas temperaturas invitan a los bañistas a refrescarse en playas, piscinas, ríos u otros espacios naturales. Sin embargo, la canícula no es excusa para no extremar las precauciones en el baño. De hecho, el último informe elaborado por la Fundación Mapfre al respecto revela que cada año mueren, al menos, 32 bañistas en la Comunitat Valenciana.

Esta treintena de fallecidos en aguas valencianas —ya sean espacios naturales o piscinas— sitúan a la región como la zona con más muertos por ahogamiento. En concreto, según el estudio, en 2012 fallecieron por estas causas 35 personas, mientras que en 2013 la cifra se situó en 32, es decir, 67 fallecidos durante ambos años. Aunque el informe de la aseguradora incluye también ahogamientos en bañeras y otros espacios como tanques o depósitos, la mayoría de los sucesos tuvieron lugar en piscinas, playas y otros entornos naturales.

El pasado fin de semana fue, en este sentido, uno de los más negros en lo que va de verano en entornos naturales, ya que en pocas horas tres bañistas perdieron la vida en las playas de Gandia y Piles y en l'Assut de Antella.

Según explica a Levante-EMV el responsable de Socorros y Emergencias de Cruz Roja en la Comunitat Valenciana, Domingo Llopis, existe un «conjunto de factores» que hacen aumentar el riesgo de muerte por ahogamiento. Uno de los principales agentes es la edad, ya que, según su experiencia, Llopis señala que son las personas mayores de 60 años las más propensas a sufrir algún tipo de incidente en el agua. En esta línea, Llopis señala que padecer algún tipo de enfermedad cardiovascular multiplica el riesgo de morir en el agua, así como tener una escasa capacidad de reacción en caso de encontrarse en apuros durante el baño.

En concreto, en los casos de este pasado fin de semana, Llopis confirma que en el caso de Gandia —un hombre de 53 años— el fallecido padecía riesgo de infarto.

En esta línea, Llopis insiste en diferenciar la persona que muere propiamente ahogada y la que sufre alguna indisposición en el agua. «No es lo mismo sufrir un infarto y morir en el mar que el que muere por efecto del mar». En este sentido, explica el responsable de Cruz Roja que una de las principales causas de ahogamiento es el estado del mar, la denominada «resaca».

Llopis insiste en extremar las precauciones con el mar en estas circunstancias, al tiempo que hace hincapié en respetar las indicaciones de los puestos de socorro y el color de las banderas. El responsable de Cruz Roja explica que cuando más trabajo tienen los socorristas es con bandera amarilla ya que, de alguna manera, los bañistas «se confían» y son menos conscientes de los peligros de un baño irresponsable. Llopis hace un llamamiento también a los bañistas para que se abstengan de bañarse fuera del horario o zonas de vigilancia.

Según informó ayer Cruz Roja española, la entidad ha realizado hasta el momento 23.473 atenciones, la mayoría sanitarias, en las 67 playas de la C. Valenciana en las que está presente, así como el rescate de 230 bañistas y la localización de 261 menores extraviados. En el ecuador del verano, el presidente de Cruz Roja Española en la C. Valenciana, Francisco Javier Gimeno, destacó ayer la importancia de la prevención, y reclamó la máxima prudencia a los bañistas, respeto a las indicaciones de los socorristas, atención a los más pequeños, y que el baño se lleve a cabo en zonas vigiladas y en horario de servicio de los socorristas.