L'Assut de Antella, donde el domingo falleció un bañista de 30 años, está considerada una especie de playa en el Júcar, pero no deja de ser una infraestructura hidráulica casi milenaria que en ocasiones, como acaba de ocurrir, se convierte en una trampa mortal.

De hecho, el bañista fallecido quedó atrapado precisamente en un elemento que se usa para el riego, precisamente en una zona de peligrosas corrientes diseñada para dividir el río de la Acequia Real que nace a escasos cincuenta metros. Como ya adelantó ayer este diario, el varón de origen colombiano se lanzó por una especie de tobogán natural que se crea en la zona, pero sus piernas quedaron trabadas en una madera que, junto a otras apiladas, sirve para paralizar las aguas y dividir el caudal de riego.

La fuerte presión lo bloqueó y aunque varias personas se tiraron en su ayuda, nadie pudo hacer nada para salvarlo.

Mientras, la Confederación Hidrográfica del Xúquer (CHJ) no tiene previsto tomar medida alguna después del fallecimiento el domingo en l'Assut de Antella de un nuevo bañista. Fuentes de la organismo que controla la cuenca del Xúquer señalaron que no es «posible poner puertas al campo» ni un guarda cada diez metros para evitar el baño. Señalan que la ley de Aguas sólo obliga a poner señales de prohibido el baño en los espacios que pueden resultar peligrosos, como de hecho ocurre en l'Assut de Antella, donde desde hace años existe esta prohibición que es vulnerada constantemente por los turistas, que copan masivamente el paraje durante los meses de julio y agosto, cuando la población ribereña llega a triplicar sus habitantes por la llegada de visitantes de todo el territorio valenciano e incluso de las comunidades autónomas cercanas.

Desde la CHJ lamentaron el fallecimiento del pasado domingo, pero señalaron que es imposible controlar que los bañistas se lancen al agua en los miles de kilómetros que tiene la cuenca del Xúquer. La zona no está acondicionada para el baño y siguen existiendo múltiples peligros al coincidir las ansias de diversión de los turistas y las condiciones de riego del sistema hídrico. El contacto acabó con la muerte del joven colombiano.