Los miembros de la Asociación de Víctimas del Metro del 3 de Julio (AVM3J) vivieron ayer con una sensación de «tranquilidad» y «alegría» la ruptura de la «rutina» por la que cada día 3 de cada mes en los últimos nueve años acudían a la plaza de la Virgen de Valencia para reclamar responsabilidades por el accidente. «Hoy hemos cruzado muchos mensajes entre amigos y simpatizantes que decían que hoy faltaría algo en la plaza», señaló la presidenta de la asociación, Beatriz Garrote, para quien en realidad «durante nueve años sobraba algo», en referencia a su protesta si se hubiesen atendido sus demandas.

Garrote y otros familiares y amigos de las víctimas del accidente del 3 de julio de 2006, en el que fallecieron 43 personas y otras 47 resultaron heridas, compartieron la alegría porque «por fin, algo que parecía imposible (el fin de las concentraciones) se ha producido». «Muchas veces habíamos comentado qué pasaría, qué haríamos» si por fin se oía su voz, una fecha que parecía «lejana e imposible» pero que «en los últimos tiempos se ha hecho de una forma sencilla y rápida». Garrote se refiere así a la aprobación, el pasado 3 de julio en las Corts de la creación de una comisión especial de investigación en la Cámara autonómica sobre el accidente de Metrovalencia, con la que el Gobierno valenciano iniciaba el proceso de reparación del dolor de las víctimas del accidente y anunciaba que «se llegaría al fondo de la verdad».

«Se tiene que cerrar bien»

«Estamos cansados y es un tema que se tiene que cerrar, pero se tiene que cerrar bien», añade para asegurar que, en todo momento, el Consell contará con la colaboración de la asociación.