Los diputados y senadores valencianos así como el delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, salieron ayer en tromba para defender el proyecto presupuestario de Rajoy y para aplaudir la dotación para inversiones en las tres provincias de la Comunitat Valenciana. Sólo hubo una voz discordante, la del presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, quien admitió que el dinero para su provincia (342 millones) era «manifiestamente mejorables». La declaración del alcalde de Calp contrasta con las del diputado popular Gerardo Camps, portavoz de los diputados alicantinos, para quien las cuentas de 2016 incluyen «todas las obras prioritarias para el crecimiento».

Entre las voces más entusiastas destacó la del senador Pedro Agramunt, quien llegó incluso a afirmar que estos presupuestos estaban cerca de una situación «ideal» para los valencianos y que eran suficientes para que el Consell pudiera cumplir con los objetivos de déficit. Es más preguntado sobre si el PP se planteaba presentar enmiendas para mejorar la dotación (que sube un 12%, pero que mantiene a la Comunitat en el furgón de cola en cuanto a recursos por habitante), ironizó con que lo que le gustaría es presentar enmiendas contra la oposición. Por su parte, la diputada Belén Hoyo destacó que en Valencia (con 378 millones) la inversión crece un 25% e insistió en que quien no valore este dato es porque «está ciego no quiere verlo».

En Castelló tanto Moragues como la diputada Ascensión Figueres remarcaron que la partida de 157 millones (ocho millones más que en 2015) incluyen inversiones prioritarias.

Por su parte, desde Ciudadanos la portavoz en las Corts, Carolina Punset, echó en falta «una apuesta decidida para finalizar las obras del Corredor Mediterráneo», y reclamó culminar infraestructuras ferroviarias «de menor calado pero no por ello menos importantes». Mucho mas duro se mostró la Federación de Contratistas de Obras con la Administración (Fecoval). «Son de vergüenza», indicó su presidente José Luis Santa Isabel. Los considera un «refrito» de obras sin hacer que ya estaban en el anterior presupuesto y que vuelve a constatar el ninguneo que sufre la Comunitat Valenciana.