El nuevo Consell está decidido a poner fin a una anomalía de los festejos taurinos callejeros de la Comunitat Valenciana y pretende introducir la presencia necesaria de un veterinario en los bous al carrer. Mientras que la contratación de este facultativo es obligatoria en los festejos del resto de comunidades españolas con amplia tradición taurina „Cataluña, Navarra, La Rioja, Madrid, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Andalucía y Aragón„, en los bous al carrer valencianos no es prescriptiva la contratación de un facultativo que asegure una correcta atención y trato de los animales. Ha sido una queja histórica del colectivo de veterinarios, que lo reclaman desde que a principios de los años 90 se regularon por primera vez los bous al carrer. También ha sido una reivindicación de los animalistas, especialmente cuando había muertes de las reses en mitad de los festejos y en circunstancias extrañas. Ahora, esto va a cambiar.

El director general de la Agencia de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, Josep Maria Àngel, aseguró ayer a Levante-EMV que se va a acometer «una reforma de la actual normativa para que el veterinario forme parte del modelo de la fiesta». «Hay que replantear la figura del veterinario. Y yo veo con buenos ojos que el veterinario esté presente en cada festejo. Porque el veterinario es una figura clave por dos razones: para garantizar el buen trato de los animales, que esté en las mejores condiciones posibles, y para vigilar que no se produzca ninguna acción fraudulenta alrededor de la fiesta y del animal. Y esto lo deben garantizar las acciones periciales de los veterinarios. Su mirada, su palabra, su análisis son necesarios para garantizar una mejor acto taurino».

Anticipándose a posibles reproches de las peñas taurinas, que siempre han defendido que esta figura es innecesaria, Josep Maria Àngel advierte: «Y no me vale el pretexto de que se encarece la fiesta. Para mí no vale ese argumento. 200 ó 300 euros no son significativos, mientras que da seguridad al animal y al acto», explica.

Esta reforma se une al cambio también adelantado por este periódico de que el director del festejo (tras la delegación del alcalde o el concejal) pueda ser cualquier funcionario municipal, y no sólo un policía local, como hasta ahora recoge el reglamento de los bous al carrer.

Ayudar en los certificados

Con la presencia de un veterinario se facilitaría, además, la tarea del director del festejo, que ahora debe supervisar todos los permisos y certificaciones necesarias para el festejo. Según defendió ayer Francisco Beltrán Andreu, presidente del Consell Valencià de Col·legis Veterinaris (antes de conocer las intenciones del Consell), «es de sentido común que, si la inmensa mayoría de certificados y permisos son veterinarios, sea un veterinario habilitado por la Administración quien se encargue de hacer cumplir la Ley». En la Vall d'Uixó o Vila-real ya contratan veterinarios de manera voluntaria.