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Seguridad ante los incendios

El 95% de las urbanizaciones carece de un plan de autoprotección ante incendios

El riesgo de pérdida de vidas humanas que representan los incendios en zonas semiurbanas obliga a los bomberos a concentrar sus esfuerzos en la extinción del fuego en estas áreas, dejando desatendidas en ocasiones las áreas naturales

El 95% de las urbanizaciones carece de un plan de autoprotección ante incendios

La mediterránea estampa de la casa con jardín en pleno bosque de la que tantos valencianos disfrutan en sus urbanizaciones esconde una concatenación de peligros latentes. La divisoria en la interfaz urbano-forestal, ese espacio donde conviven el bosque y las personas, cada vez es más difusa y altera en mayor grado las operaciones de extinción de incendios.

«Cualquier pequeño incidente con el fuego puede convertirse en una catástrofe» apunta el ingeniero forestal, Ferran Dalmau, durante la visita a las urbanizaciones de Santa Marina y Sant Blai de Carcaixent del secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Àlvaro. Una visita guiada cuyo objeto es dar visibilidad a dos casos de éxito en materia de defensa contra los incendios.

En 2014, el incendio de Torrent no llegó a alcanzar las 400 hectáreas, no fue un gran incendio forestal, pero los daños materiales que ocasionó dificilmente serán olvidados por los residentes en la urbanización de Calicanto, recuerda Dalmau. Ésta, como el 95% de las urbanizaciones de la C. Valenciana no contaba con un plan de autoprotección contra el fuego. Los vecinos no pudieron defenderse ante el envite de las llamas.

Urbanizaciones

La mayoría de las urbanizaciones en la Comunitat Valenciana se han ido desarrollaron sin tener en cuenta que podrían sufrir las consecuencias de un incendio forestal. Altea, Xàbia, Dénia cuentan con decenas de núcleos urbanos con una sola vía de entrada y salida, cuenta Dalmau, «cuando se produce un incendio en estas zonas las labores de extinción están condicionadas totalmente por el orden de prioridades.

Para bomberos, agentes forestales y servicios de protección civil el objetivo primordial pasa por proteger a las personas y a sus bienes, antes que a las montañas. Un hecho que se traduce en el sacrificio de miles de hectáreas forestales si llegado el caso el fuego amenaza la integridad de una urbanización.

Prevención como cortafuegos

La solución pasa por la ejecución de un plan de autoprotección contra incendios. Un sistema de defensa que parte de cuatro líneas de trabajo: Planificar como proteger el núcleo, trabajar sobre la vegetación forestal y también sobre la doméstica, y aquí entra en juego el concepto de «pirojardinería», es decir, «la selección de plantas que provoca que tu casa se queme o no », la infraestructura hidráulica, que son los cañones que se usan para tratar de controlar el fuego y por último, pero no menos importante, matiza el técnico forestal, la pedagogía con el ciudadano.

«Gran parte del problema cuando hay un incendio lo tenemos con los residentes que no saben cómo actuar, se ponen nerviosos y dificultan el trabajo de los profesionales», explica el técnico.

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