El conseller Vicent Marzà desesembarcó ayer en su primera Conferencia Sectorial de Educación en Madrid con la maleta llena de peticiones al ministro del ramo y noveno barón de Claret, Íñigo Méndez de Vigo, otro debutante también en estas lides. Marzà, junto a los 11 consejeros de las autonomías no gobernadas por el PP, se plantó en la reunión con la exigencia de paralizar la la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Educación (Lomce) de cara al curso que arranca en un mes.

«Pedimos la paralización inmediata de la Lomce, porque su aplicación pone en riesgo el futuro de la educación», subraya Marzà. «La ley ataca la cohesión de la sociedad porque expulsa del sistema al alumnado con más dificultades y eso ataca la igualdad de oportunidades», dice. «Somos hasta 12 autonomías las que estamos de acuerdo con la paralización de la Lomce y sus evaluaciones externas para llegar a un consenso, y ahora mismo solo las cinco autonomías del PP y el ministerio se sitúan fuera del consenso, la pelota está en su tejado sobre sí quieren acuerdos o imposición», destaca.

«Alergia al plurilingüismo»

También pide la derogación de la disposición adicional 38 de la Lomce que obliga a impartir más castellano en las líneas en valenciano. «Parece que el ministerio tiene alergia al plurilingüismo porque castiga a los territorios con lengua propia, ignorando que nuestro sistema garantiza la enseñanza en castellano, y ataca directamente nuestros programas de excelencia en plurilingüismo», asegura.

Además, reclama la retirada del decreto de medidas urgentes de racionalización del gasto educativo que desde 2012 prohibe sustituir a los docentes de baja hasta que pasan 10 días e hincha un 20 % la ratio máxima de alumnos por aula. Méndez de Vigo rechazó una tras otra todas las demandas de Marzà.