El ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo se mantiene firme en el despliegue de la Lomce el próximo curso. El argumento del sucesor de José Ignacio Wert frente a las 12 autonomías que exigen la paralización de una reforma que el próximo Gobierno que salga de las elecciones de finales de este año derogará si no es del PP, es «las leyes hay que cumplirlas». «El calendario forma parte de la ley y, si se aplicó el año pasado, se aplica éste. Cuando se defiende el Estado de Derecho se defiende en la totalidad y no por partes», afirmó Méndez de Vigo tras cuatro horas de una Conferencia Sectorial que fuentes de la Conselleria de Educación tildan de «un poco decepcionante».

El conseller Vicent Marzà, y sus homólogos en las autonomías donde no gobierna el PP, partían anoche de Madrid con «buenas palabras y dos pequeñas concesiones», añaden las mismas fuentes. Entre las que no está ni paralizar la Lomce ni sus reválidas. Así pues en el curso que empieza el 10 de septiembre, la reforma completará su extensión a toda Primaria y alcanzará a los niveles impares de ESO (1º y 3º) y Bachillerato (1º).

Las dos concesiones de Méndez de Vigo son prácticamente testimoniales. Una es aprobar ahora sólo el decreto de la evaluación externa de 6º de Primaria, que se tiene que aplicar ya este curso 2015-16, y retrasar el decreto de las reválidas para obtener los títulos de ESO y Bachillerato, pues no se van realizar hasta el curso 2017-18, con el fin de abrir «un proceso de diálogo». En ningún caso el ministro renuncia a implantar dicha reválida dentro de dos cursos.

La otra es que el crédito de 24 millones que el ministerio va a repartir entre las CC AA para las ayudas a la compra de libros de texto de la Lomce (unos 2,9 millones para la C. Valenciana) se podrá repartir en toda la enseñanza obligatoria y no sólo en los niveles en los que se implanta la ley. El curso que viene sólo 2º y 4º de ESO no serán Lomce.