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Casales, residencias y plazas siguen inacabadas por la crisis

Municipios como Silla, Picanya, Mislata, Torrent, Alboraia, Castelló o Sagunt cuentan con numerosas y caras construcciones sin servicio

Casales, residencias y plazas siguen inacabadas por la crisis

En l'Horta son muchos los edificios que necesitarán un desembolso extra para funcionar, tras permanecer años cerrados o padecer una construcción que no acaba nunca. Un buen ejemplo son los casales de Silla, tres edificios que costaron cientos de miles de euros y que, aunque tenían que haberse inaugurado en marzo de 2011, aún no están finalizados. Los últimos gobiernos locales han intentado buscarles una nueva función, pero su reducido tamaño y su diseño no lo permiten, por lo que todo parece indicar que seguirán siendo esqueletos vacíos.

En Picanya, la residencia de ancianos continúa cerrada. Después de muchos problemas durante su ejecución la obra se paró en 2011, cuando estaba casi acabada, y el inmueble ha sufrido actos vandálicos y expolios, por lo que está tapiado. La crisis hace difícil su puesta en marcha, en la que habría que invertir miles de euros para arreglar estos desperfectos.

Y al 85 % de su construcción se encuentra el centro ambiental de la Lloma de Birlet, junto al paraje de la Serra Perenxisa, (Torrent). El PP paralizó la obra en 2007 al valorar que el edificio no podía tener el uso que se pretendía, y así sigue.

En Alboraia, la sede de la empresa municipal Egusa, que costó cuatro millones de euros, mantiene vacías tres de sus cuatro plantas debido a que el ayuntamiento sólo utiliza el sótano como almacén, y media planta para oficinas.

En Mislata la situación se repite, aunque han conseguido reconvertir lo que tenía que ser el centro de día para mayores (de casi cinco millones de euros) La Fábrica, un espacio multiusos. Las nuevas instalaciones han exigido un nuevo desembolso de acondicionamiento, pero al menos se mantienen en funcionamiento, a diferencia del centro ocupacional, las viviendas sociales y el museo de la huerta, recintos cerrados que periódicamente sufren el ataque de vándalos.

En la Costera, el ejemplo más paradigmático es la plaza de toros de Xàtiva, donde ya se han invertido unos 12 millones de euros para su remodelación, 6 más de lo presupuestado inicialmente. Además carece de licencia de actividad. La obra necesita de una inversión adicional de unos cuatro millones de euros, según han cifrado los técnicos, para concluir definitivamente la remodelación y reparar las deficiencias.

Queda por construir el óculo central retráctil que permitirá usar la plaza en invierno, que rondaría los tres millones de euros, a los que hay que añadir 1,2 millones más para subsanar las deficiencias detectadas, según los técnicos.

Con todo, una inversión pendiente de unos 4 millones, que se sumarían a los 12 ya invertidos en una obra «faraónica» que carece de la utilización, ya que solo se celebran un par de espectáculos al año.

En Castelló, el anterior equipo de gobierno destinó 12.000 euros para reparar la escultura de la Paz, diseñada por Juan Ripollés, inaugurada en 2010 y derribada en enero de 2013 por el viento. Su presupuesto ascendió a los 150.000 euros y el proyecto se financió con un nuevo vial. El equipo de gobierno de aquel momento aseguró que no pondría un euro más en la escultura. La escultura se mantiene a estas alturas inacabada; dispone de una primera estructura y tiene pendiente su remate (dos palomas que sujetan unas manos).

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