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Medio Ambiente

El Gobierno deja a medio hacer una presa contra riadas

El Ayuntamiento de Oliva, donde se ubican las obras, asegura que el riesgo de inundación ha aumentado en la localidad -| El ministerio alega problemas técnicos y no sabe si seguirán las obras

La empresa estatal Acuamed mantiene paralizadas las obras de construcción de la presa de Gallinera y continúa sin terminar algunos elementos esenciales del proyecto de las obras de «laminación y mejora del drenaje de la cuenca de la Rambla Gallinera cuyo promotor es el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, un abandono que no solo mantiene la amenaza de inundaciones en Oliva y la N-332, sino que en opinión de los técnicos de este municipio agrava el riesgo y el impacto de una previsible riada otoñal.

El alcalde de Oliva, David González, acompañado por un técnico municipal se entrevistó recientemente con la directora general del Agua del Ministerio de Agricultura, Liana Ardiles, que ni siquiera pudo garantizar la finalización de las obras argumentando problemas técnicos. La directora general aplazó su respuesta a octubre, cuando las lluvias torrenciales podrían haber puesto ya en evidencia el riesgo que representan las obras inconclusas.

Las «obras de laminación y mejora del drenaje de la Cuenca de la Rambla Gallinera» se diseñaron para evitar las frecuentes y repetidas inundaciones de la N-332 provocadas por el desbordamiento de la rambla y evitar también las riadas del barranco Alfadalí, que afectan al casco urbano de Oliva, y a la propia carretera nacional.

Se trata de una obra compleja concebida como «un todo», con actuaciones individualizadas que en parte solo adquieren sentido una vez finalizado el conjunto.

El elemento principal es una presa de laminación en la rambla Gallinera para retener y reducir la violencia de sus crecidas.

Las obras, apenas iniciadas con la excavación de los estribos, están paralizadas desde 2011, con una fugaz puesta en marcha en 2013, porque, según la directora general, los ingenieros no acaban de ponerse de acuerdo sobre la estabilidad de los terrenos donde se asienta la presa. Desde 2011 se han realizado en la zona catas e informes geológicos, pero parece que el dictamen final estará en manos del Comité Español de Grandes Presas, aunque a partir de octubre.

Aguas abajo, y en un punto en el que la rambla Gallinera y el barranco de Alfadalí discurren a unos cientos de metros de distancia, Acuamed diseño una estructura de «pico de pato» para reducir el caudal del Alfadalí y derivar parte del mismo hacia la rambla Gallinera.

Finalmente y junto a otras obras menores para mejorar el drenaje de ambos cauces y conectar pequeños barrancos con la rambla, Acuamed acometió la apertura de un canal de desembocadura al mar de la rambla Gallinera, un ejemplo paradigmático de ocupación de cauce por terrenos agrícolas que obstaculizaban su desagüe en el mar. Según un informe municipal, «la presa no existe» y el cauce para el trasvase de caudal del barranco Alfadalí a la Gallinera se encuentra cerrado por unas compuertas, «no contempladas en el proyecto original» que impiden que la obra esté operativa, por lo que el riesgo inundar la parte sur del casco urbano de Oliva se mantiene como antes de los trabajos.

Una mota insegura

Además, el nuevo cauce de la Gallinera está abierto «solo parcialmente», bloqueado por una mota «provisional» de hormigón —se construyó pensando que la presa estaría ejecutada en 2012—que impide pasar todo el caudal que llega de los valles próximos, incrementado ahora por las obras de drenaje que forman parte del proyecto global y que han desviado hacia la rambla Gallinera los pequeños barrancos de la zona.

«Si falla el muro con mota con agua embalsada —asegura el informe municipal—el daño puede ser importante para los vehículos que transiten por la CN-332 y por el Camí Vell de Denia, situados inmediatamente aguas abajo, e incluso a las personas residentes en la zona de la costa, por el efecto de la ola que se produciría aunque esta fuese laminándose por el desbordamiento en la llanura de inundación».

En este contexto, el alcalde David González se reunía el pasado 5 de agosto con Liana Ardiles en Madrid en un decepcionante encuentro que no aportó luz sobre la finalización de las obras.

Según un comunicado conjunto de los portavoces municipales de Oliva, la directora general comunicó que «la construcción de la presa no está garantizada», aunque si lo estaría «la seguridad de la población del sur del casco urbano de Oliva».

Los portavoces han amenazado con adoptar «medidas más contundentes» si en su respuesta de octubre «el Gobierno no cumple sus compromisos y, sobre todo, no garantiza la finalización del proyecto con la construcción de la presa».

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