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Desempleo

El PP sólo gastó 150.000 euros de los 100 millones que tenía el Servef para buscar trabajo a los ninis

El Gobierno lanzó el Plan de Garantía Juvenil como su gran apuesta para reducir el paro entre los jóvenes pero un año después el Servicio Valenciano de Empleo todavía no ha atendido ni un solo beneficiario - La Conselleria de Educación, que dispone de 28,6 millones, tampoco ha empezado a ejecutar el programa

Una de las oficinas del Servef de la ciudad de Alicante. pilar cortés

­Se anunció como la gran apuesta del Gobierno para rebajar la escandalosa tasa de paro que afecta a los menores de 25 años en todo el país, que supera el 50%. Un programa que iba «a multiplicar las oportunidades» de este colectivo, según dijo la ministra Fátima Báñez en el Congreso. Sin embargo, lo cierto es que, un año después, la aplicación del denominado Plan de Garantía Juvenil ha resultado un auténtico fracaso en la Comunitat Valenciana, donde la iniciativa no ha despertado el interés esperado entre los afectados pero, sobre todo, donde los anteriores responsables del Servef no llegaron a poner en marcha ni una sola de las actuaciones contempladas a pesar de que este organismo tenía asignado un presupuesto de más 100 millones de euros para ello. En concreto, 100.205.442 euros, para ser exactos.

Sin embargo, de esa cantidad el equipo que dirigía Máximo Buch sólo llegó gastar 150.000 euros „apenas el 0,15% del presupuesto„?y fue para encargar un estudio sobre cómo debía ser la orientación que había que ofrecer a los usuarios del programa. Es decir, que no se ayudó ni a un solo joven. Así lo han confirmado a este diario tanto la nueva secretaria autonómica de Economía Sostenible, María José Mira, como la nueva directora general de Empleo y Formación de la Generalitat, Rocío Briones, que lamentan la pérdida de tiempo que ha supuesto la «parálisis» del anterior Ejecutivo y confían en darle la vuelta a esta situación en los próximos meses. «Está claro que para el PP no era una prioridad», apunta esta última.

Tras conseguir el compromiso de Bruselas de aportar los fondos y anunciarlo durante la primavera, el Plan de Garantía Juvenil se puso en marcha a principios de julio del año pasado, con la creación de una plataforma digital única para toda España en la que debían inscribirse los interesados, aunque luego fueran las autonomías las que lo gestionaran. Su objetivo principal era rebajar la cifra de los denominados «ninis», los jóvenes de 16 a 24 años que ni estudian ni trabajan, que se ha disparado durante la crisis. El compromiso era ofrecerles en el plazo de cuatro meses un curso de formación que mejorara sus posibilidades de encontrar empleo, una acción de orientación o, en el caso de los más afortunados, un puesto de trabajo.

Desde un principio la respuesta de los posibles interesados no ha sido la prevista. En el caso de la Comunitat Valenciana, de los más de 89.000 jóvenes desempleados que según la EPA existen en la autonomía, tan sólo 5.453 „alrededor de un 6%„ se han molestado en realizar el trámite de inscribirse. Y de éstos, sólo 4.155 cumplían con todos los requisitos necesarios.

«Uno de los problemas es que el Ministerio ha complicado mucho el acceso al plan, imponiendo muchos condicionantes que Europa no exigía en absoluto», denuncia Rocío Briones. Así, se les pide que no hayan trabajado ni un sólo día durante el mes anterior pero también que no hayan recibido formación de ningún tipo ni hayan asistido a clase en los tres meses anteriores, entre otras cosas. El funcionamiento de la propia plataforma tampoco es sencillo, asegura.

El nuevo Consell está buscando alianzas con otra autonomías para presionar al Ministerio y que se suavicen estas condiciones pero, de momento, el departamento que dirige Fátima Báñez lo único que ha hecho es elevar hasta los 29 años la edad máxima de los posibles beneficiarios, un cambio que entró en vigor hace unos días.

Espera en balde

En cualquier caso, según la directora general de Empleo y Formación, la inmensa mayoría de los jóvenes de la Comunitat que se han inscrito lo ha hecho en balde ya que el Servef no ha programado ni una sola actividad, pese a tener asignados los citados 100 millones de euros. Un dinero que en un 91,85% sufraga el presupuesto de la UE. Lo único que hizo fue sacar a licitación por 150.000 euros „el 0,15% del presupuesto total„ el citado estudio aunque ni siquiera esta gestión llegaron a completar. Fue el nuevo equipo el que firmó la adjudicación final.

No es el único departamento de la Generalitat que se encuentra en esta situación. De acuerdo con las fuentes consultadas, la Conselleria de Educación que también tenía asignados otros 28,6 millones de este plan tampoco ha iniciado aún su ejecución, aunque tiene programado hacerlo a partir de septiembre.

Una situación que contrasta con lo que ocurre en otras autonomías como Asturias o Andalucía, donde sí se ha puesto en marcha el plan, de acuerdo con las mismas fuentes. Igualmente, también las Cámaras de Comercio, a las que el Ministerio asignó otra partida del Plan de Garantía Juvenil para que la gestionaran directamente, también están atendiendo ya a los jóvenes que buscan reforzar su formación o necesitan que alguien les oriente para encontrar empleo.

Los jóvenes ya no se apuntan a las listas de desempleo

Los nuevos responsables del Servef reconocen que uno de los problemas para realizar políticas activas de empleo dirigidas a los jóvenes -como el Plan de Garantía Juvenil- es que la mayoría de ellos ni siquiera se acercan a las dependencias de este organismo público, al que consideran poco útil.

A estas edades, entre los 16 y los 25 años, casi ninguno acumula suficiente tiempo de cotización para tener derecho a algún tipo de prestación y tampoco creen que realmente les pueda servir para encontrar un empleo. De ahí que la mayoría ni siquiera se moleste en inscribirse como demandante de empleo.

Así, frente a los 89.200 jóvenes parados que aparecen en la última Encuesta de Población Activa, en el Servef sólo hay registrados como parados 32.335. Es uno de los retos a los que tendrá que enfrentarse el equipo que lidera Rafael Climent.

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