El puente de la Alameda diseñado por Santiago Calatrava tiene un nuevo uso. Un grupo de unos cinco jóvenes lleva buena parte de las tardes de este verano «colgándose» del puente de la Alameda para realizar entrenamientos de tela aérea. Cuelgan el telar de la parte más alta de la infraestructura y sitúan una simple colchoneta de gimnasia para protegerse en caso de sufrir una caída inesperada ante la mirada y la sorpresa de las decenas de corredores y ciclistas que pasan cada tarde por la zona para hacer ejercicio y que no esperan encontrar un espectáculo propio del circo en su paseo vespertino.
Los del antiguo cauce del río Turia que entrenan este mes de agosto son pocos y «van por libre», pero según cuentan desde la Associació Valenciana del Circ; las quedadas de acróbatas y malabaristas para entrenar y entretenerse no son algo raro en la ciudad, sino todo lo contrario.
Así, durante el año se organizan numerosos encuentros cada semana en distintos puntos de Valencia. En las plazas más transitadas y en el antiguo cauce del río siempre suele haber alguien practicando algún tipo de arte circense, ya sea con malabares o con prácticas más complejas y arriesgadas como las acrobacias en telas aéreas. Pero, además, los miércoles es el día «oficial» de quedada en el barrio de Benimaclet y el jueves es el turno de la Plaza de la Virgen.
Un nuevo modelo de circo
Una de las señas de identidad de la asociación que representa al sector es su apuesta por el nuevo circo. Huyen del estereotipo del circo tradicional, sobre todo del uso de animales en los espectáculos. Así, además de organizar Espai de Circ (un escuela de futuros artistas en esta materia), también desarrollan una serie de actividades complementaras com0 el denominado el Circuito de Calle, actuaciones en la vía pública que se celebran todos los domingos. Los lugares son los Jardines de Viveros (en la explanada grande del quiosco), el Parque de Cabecera (en el anfiteatro) y el Parque del Oeste (en el teatro de la zona verde próxima a la avenida del Cid.
