La presidencia de la Generalitat, la Diputación de Valencia y decenas de ayuntamientos no serán los únicos centros de poder que, veinte años después, regresan a manos socialitas. La aritmética de los votos y la política de pactos, sobre todo con Compromís, permitirán al PSPV reconquistar una institución con competencias limitadas, pero cargada de simbolismo en la defensa de los intereses locales. En apenas dos meses, el PSPV recuperará la presidencia de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP), una entidad en el que están representados todos los ayuntamientos de la Comunitat Valenciana y que durante dos décadas estuvo bajo la batuta del PP. La actual presidenta y exalcaldesa de Alzira, Elena Bastidas, que lleva ocho años en el cargo, ya ha convocado para el 5 de octubre la XIII Asamblea General, una reunión en la que eligirán a los nuevos órganos de gobierno y se oficializará el traspaso de poderes.
A falta de ultimar el recuento de votos (se está pendiente de la constitución de las mancomunidades), el resultado a favor del PSPV parece claro. Los socialistas rozarán la mayoría absoluta en la asamblea (según sus previsiones tendrían entre el 49 y 53%) por lo que no necesitarían ni si quiera el apoyo de Compromís para hacerse con el control de la FVMP. Con todo, según las fuentes consultadas se sentarán en septiembre con Compromís y el resto de fuerzas (primero con la izquierda y luego con el PP) para buscar un pacto para la contitución de la nueva Federación. Los socialistas son conscientes de que la mayoría absoluta será posible no sólo como resultado de las elecciones locales, sino porque, en muchos casos, la vara de mando ha sido posible gracias a acuerdos con otras fuerzas de izquierda, principalmente con Compromís. Los miembros con derecho a voto en la asamblea de la FVMP son los alcaldes que aportan un número determinado de votos en función del tamaño de municipio. También votan los presidentes de las diputaciones.
Las fuentes socialistas consultadas indicaron que «desde la humildad» y con la intención de respectar los acuerdos con Compromís se reunirán tras las vacaciones de agosto para consensuar tanto el reparto de cargos como el futuro de la Federación cuyo papel, precisaron, tratarán de revitalizar. Eso sí, el PSPV da por hecho que le corresponde la presidencia, un cargo no remunerado, pero con proyección y derecho a asesores. Según los estatutos junto a la presidencia existen tres vicepresidencias. Después de la Asamblea, el máximo órgano de gobierno es el Consejo integrado por un total de 53 miembros, seguido de la comisión ejecutiva, más reducido. En la junta de portavoces están representados todos los grupos. El PP ostenta la presidencia desde 1995. Josep Sanus (ex alcalde de Alcoi y exsocialista) fue el último presidente con carné del PSPV. Le sustituyó Serafín Castellano que protagonizó el mandato del PP más polémicos.
