Sin embargo, no se va a quedar de brazos cruzados ante los ataques de su compañero en el PSOE.

«Castilla-La Mancha no tiene la potestad de decidir que se ponga fin al trasvase Tajo-Segura», zanjó Puig, a preguntas de este diario, desde su Morella natal. El jefe del Consell se postuló en estos términos días después de que García-Page abogara por cortar el suministro a Alicante y Murcia debido a que el Tajo «se está muriendo» y su comunidad «necesita agua».

El memorándum que sellaron el Gobierno central y cinco comunidades autónomas, entre ellas la manchega y la valenciana, da la razón por ahora a Puig. ¿Por qué? Porque ayer, los embalses de Entrepeñas y Buendía, en la cabecera del Tajo, acumulaban 388,61 hectómetros cúbicos de agua. Y el memorándum fija que este año se dejará de trasvasar caudal siempre que ambos cuenten con menos de 304 hm3. «Garantizo que habrá agua para los agricultores alicantinos.

El agua seguirá llegando», proclamó el presidente de la Generalitat. La legalidad le ampara.