La contratación de un veterinario en los «bous al carrer» que estudia la Generalitat abre un nuevo debate con la fiesta a cuenta de quién se encargará de costearlo. El Consell asegura que el gasto será mínimo y que no habrán tarifas especiales, pero los peñistas señalan que debería asumirlo la propia Generalitat, porque, a su juicio, si el citado facultativo encuentra un problema en el toro sería «consecuencia de un fallo» en la revisión anterior realizada en la ganadería de origen, según el presidente de la Federación de Aficionados de «bous al carrer», Vicent Nogueroles.

Las peñas insisten en que su postura contraria «es inamovible» y reiteran que esta figura es «innecesaria» cuando existe un director de lidia que suele estar ligado al mundo taurino. Pero en el caso de que el Consell persista y establezca la obligatoriedad del veterinario, afirman que este dinero no debería ser sufragado por las fiestas.

Aducen que las reses acuden con un certificado emitido por un veterinario antes de partir de su ganadería, de ahí que los aficionados indiquen que si surge un problema es porque no ha llegado en condiciones y no se ha llevado a cabo un examen correcto. Por ello piensan que el Gobierno valenciano debería ser el encargado de esta inversión. Afirman que ahora, si los astados no están en un buen estado, no se autoriza su salida de la ganadería.

La Dirección General de Seguridad defiende que esta idea es de momento una «reflexión» y que no está cerrada. Tampoco tiene ultimado cómo y quién asumirá la factura del veterinario. Los veterinarios señalan que normalmente asume este pago el organizador de la fiesta, que pueden ser ayuntamientos o los peñistas. El Consell sostiene que no acarreará un gasto extraordinario extra, mientras los facultativos explican que una tarifa predeterminada y que ésta la acuerdan el festejo con el facultativo.