El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, se mostró partidario ayer de abrir una reforma constitucional, «hablada y consensuada entre todos y partiendo de posiciones abiertas». Puig considera que hay que atender «las nuevas realidades que se presentan para poder superar así la crisis política, la social, la económica y la territorial». Puig, que participó en el ciclo de tertulias de verano organizado por el Ayuntamiento de Es Mercadal (Menorca), indicó que el modelo que propone el PP es «una España imposible», porque no se puede llevar a cabo «una política de no cambiar nada». El jefe del Ejecutivo valenciano ve necesario que en España se reconozca la «singularidad e igualdad» de sus ciudadanos, porque sino «estaríamos hablando de una España fracasada».