El encaje de Cataluña en España y la garantía de que la Comunitat Valenciana será aliada de su vecino del norte si se decanta por un futuro dentro del actual marco jurídico español centró ayer el primer encuentro entre el jefe del Consell, Ximo Puig, y el presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas.

La reunión entre ambos mandatarios estaba pendiente desde que el primero asumió las riendas del Consell en junio y se produjo finalmente ayer por la mañana en la cafetería del hotel de Mahón, en Menorca, donde veranea Mas, a pocos kilómetros del lugar donde Puig pasa unos días en casa de unos amigos.

El encuentro se produjo a instancias del presidente catalán, que telefoneó al valenciano al conocer que también se alojaba en la isla. Fue Puig quien se desplazó a Mahón para reunirse con el catalán.

Desde el entorno de Puig señalaron que el presidente trasladó a Mas que si tras las elecciones del 27 de septiembre encalla la vía soberanista por la que se ha decantado ya abiertamente el dirigente catalán, Cataluña siempre tendrá un aliado en la Comunitat Valenciana para intentar reflotar y mejorar su relación con España.

Puig trasladó a Mas su convencimiento de que Cataluña tiene encaje en la España constitucional y que con una reforma de la Carta Magna los catalanes pueden sentirse cómodos dentro del Estado español. En esta cuestión es clave también la reforma del modelo de financiación. En esa reclamación el Consell considera a Mas un aliado porque el modelo, muy lesivo para los intereses valencianos, también perjudica a Cataluña. El Consell, no obstante, discrepa del modelo final que plantea Cataluña, pero está de acuerdo en el punto inicial: presionar a Madrid para cambiarlo, sin que para ello sea necesario reclamar la independencia. Puig le trasladó que está convencido de que es posible la convivencia.

En cambio, Mas planteó que la decisión de llevar el proceso soberanista hasta las últimas consecuencias está tomada y es firme y dejó entrever que no hay vuelta atrás. En su opinión, Cataluña ha intentado el encaje en España, pero, en opinión de su gobierno, éste ya no es posible porque es la intransigencia del Estado la que les ha abocado al proceso independentista y a las elecciones plebiscitarias de septiembre. Ninguno de los dos convenció al otro.

Puig trasladó la importancia que Cataluña tiene para la economía valenciana, primer proveedor y cliente, y los vínculos históricos y culturales y le insistió en que es necesario tender puentes para evitar una ruptura que sería perjudicial para todos, aseguró.

El jefe del Consell y Mas ya hablaron al día siguiente de la investidura. El valenciano planteó la posibilidad de una cumbre bilateral entre ambos gobiernos sin concretar quien se desplazaría.