El encuentro que ayer celebraron los portavoces de los médicos de familia de la C. Valenciana con la consellera de Sanitat Universal y Salut Publica, Carmen Montón, fue esperanzadora para los profesionales que desde hace años pasean el documento de sus reivindicaciones básicas por los despachos de los últimos responsables sanitarios sin haber logrado hasta el momento cambios en el quehacer diario de la consulta.

A cada nuevo conseller, los representantes de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria le han dado siempre un voto de confianza, hasta que el tiempo acaba por erosionarlo.

En esta ocasión y con la nueva consellera, los profesionales de atención primaria están nuevamente dispuestos a poner toda la carne en el asador: proponer y debatir para mejorar la asistencia.

Su documento de mejoras todavía está por estrenarse aunque saben que muchas de sus iniciativas, que han trasladado ya a la conselleria, se pueden poner en marcha sin coste alguno para la Administración.

Uno de los principales lastres con los que tienen que convivir estos profesionales es la burocracia. Concretamente y con el periodo de matrículas abierto, temen los médicos de familia la que se les avecina: recibir a diario a tres personas que solo buscan su firma para acreditar el certificado médico que demanda la Conselleria de Educación para inscribirse en algún curso o formación.

«Al principio lo aceptamos hasta menores de 15 años, pero con los años, por una mala interpretación e inercia, son los adultos los que vienen a pedirlo», informa el presidente de la Sociedad Valenciana, Álvaro Bonet, que apunta a Levante-EMV que bastaría con eliminar la solicitud de este certificado en la matriculación para quitarnos de encima miles de certificados, «que es un trabajo muy poco útil porque si el futuro alumno tiene una enfermedad, igualmente va a matricularse».

Los médicos de familia esperan que este año, al menos, se pueda dar por finalizada esa peregrinación de usuarios de puro trámite administrativo.

Tampoco están de acuerdo con el hecho, también cotidiano, de que a los pacientes que salen de urgencias o de una consulta de especializada se les remita al médico del centro de salud para que les hagan la receta, cuando lo adecuado sería que ya salieran con la prescripción en la mano.

Otra de sus reivindicaciones es poner en marcha Consejos de Salud en cada departamento para estar en contacto con los ciudadanos y conocer sus opinión directa.