La obra «La Purísima», de Agustín Ridaura (pintada en el siglo XVI), «La sagrada familia», de Juan de Juanes , «El jardín» de Sorolla o «La familia», del mismo autor, fueron ayer trasladados desde el despacho de la Alcaldía de Valencia hasta el Museo de la Ciudad. Obras de arte que han sido fruto de polémica desde hace años ya que grupos como el PSPV o Compromís, hoy en el gobierno, criticaran, por activa y por pasiva, que algunas de estas obras dejaran de estar expuestas en los museos para pasar a decorar el despacho de Rita Barberá.

Pero hoy ese mismo despacho lo ocupa Joan Ribó, y aunque asegura que tiene «muchas más cosas en las que pensar, aparte de redecorar o no su lugar de trabajo», lo cierto es que ayer una decena de cuadros salió rumbo al Museo de la Ciudad. Sin embargo, fuentes municipales explicaron que el motivo se debe a los trabajos de limpieza que se están llevando a cabo en alcaldía. «Había parte de las paredes forradas con tela y estaban muy sucias. Era difícil de limpiar y se ha optado por eliminarlas y pintarlo todo», explicaron las mismas fuentes.

Una empresa especializada se ha encargado de descolgar, envolver y trasladar auténticas obras de arte que, ahora, han regresado al Museo de la Ciudad. Eso sí, su ubicación futura aún está por determinar. «Aún no se sabe si algunas obras regresarán al despacho, lo harán todas o no lo hará ninguna. El alcalde también puede optar por elegir otras obras y decorar así su despacho, pero eso no le preocupa, la verdad. Lo que sí será seguro es que ningún cuadro se descolgará de las paredes de un museo donde esté expuesto para decorar el lugar de trabajo del alcalde. Eso seguro que no ocurrirá», concluyeron fuentes próximas a alcaldía.

El anterior gobierno retiró de los museos obras como «La Novia» de Fillol o «La Sagrada Familia» de Juan de Juanes, para que decoraran los despachos de Rita Barberá y Silvestre Senent. «Algo impensable para el gobierno tripartito», apunta el nuevo equipo.