«Somos la única autonomía que ofrece la misma ayuda a todas las familias sin distinguir su nivel de renta, y eso no es equitativo, pues lo lógico es que paguen más los que más tienen». Con estas palabras sentenció ayer el secretario autonómico de Educación, Miguel Soler, la ayuda universal del Bono Infantil que instauró en el curso 2008-09 el Consell del PP para ayudar a las familias a pagar la escolarización de sus hijos de 0 a 3 años en escuelas infantiles privadas.

No obstante el fin del «café para todos» del Bono Infantil no llegará hasta el próximo curso 2016-17. «Si lo hubieramos podido cambiar para este curso 2015-16, lo habríamos hecho», lamenta Soler. Y es que la exconsellera Mª José Català firmó la convocatoria de estas ayudas a siete días de la investidura de Ximo Puig como jefe del Consell. Por ello la conselleria repartirá los 30 millones del Bono Infantil, partida que no ha variado en dos cursos, con el mismo criterio de siempre: una ayuda universal que se concede a todas las familias por igual sin tener en cuenta su renta.

Para acogerse al Bono Infantil los CEI tienen que cumplir los precios marcados por el Consell. Así el coste máximo de la enseñanza por alumno y mes no puede superar los 460 euros en las aulas hasta 1 año, los 350 (grupos 1-2 años) y los 280 euros (2-3 años). Este pasado curso 2014-15 Educación concedió esta ayuda a 35.276 alumnos de 761 CEI. La ayuda mensual, que oscila entre 62 y 155 euros dependiendo de la edad del niño, la ingresan las guarderías y la descuentan de la factura que abonan las familias.

El conseller de Educación, Vicent Marzà, en la entrevista que concedió a Levante-EMV en julio, ya avanzó su intención de vincular el Bono Infantil al nivel de renta al calificar de «injusta» esta ayuda universal. «Generar una oportunidad para la igualdad no se hace dando lo mismo a todos», subrayó.