«Quiero ayudar a los refugiados». Este es el mensaje que reciben a diario ONG, Administraciones públicas, medios de comunicación, entidades vecinales y organismos solidarios. Aquellas entidades que llevan años trabajando con los refugiados aplauden la iniciativa, aunque, de momento, no pueden ofrecer una respuesta concreta a la pregunta que todo el mundo les hace: «¿Cómo puedo ayudar?». Y es que hasta que el Gobierno Español determine cómo canalizar este flujo solidario, la respuesta de las ONG y de las Administraciones se centra en anotar los datos de los interesados para ponerse en contacto con ellos más adelante, cuando cuenten con toda la información necesaria. Las líneas concretas de actuación se determinarán en cuanto la UE y el Gobierno Español decidan qué número de refugiados acogerá el país y cómo se distribuirán por las respectivas comunidades autónomas. La maquinaria ya está en marcha, pero aún quedan muchas cuestiones pendientes.

La ola solidaria tiene nombre y apellidos: Aylan Kurdi. La fotografía de su pequeño cadáver ha dado la vuelta al mundo y aquellos que conocían el conflicto pero se mostraban ajenos al mismo, han reaccionado de inmediato. La venda ya se ha quitado de los ojos y las ONG, que llevan años viendo, escuchando y luchando para paliar el drama de miles de familias aplauden la solidaridad con las solicitudes de asilo y mandan un nuevo mensaje: «El Estado tiene herramientas para acoger en condiciones a los refugiados. La sociedad tiene que ayudarles a integrarse».

Eso es el quid de la cuestión, tanto para la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) como para entidades como Cruz Roja. Y es que en la Comunitat Valenciana residen, desde 2014, 605 refugiados provenientes de países en conflicto. Valencia, con 473 peticiones de asilo es la cuarta provincia que más personas acogió el año pasado. Castelló solo cuenta con 36 exiliados, mientras que en Alicante residen 96. «Cuando el refugiado llega se instala, en principio, en el Centro de Refugiados (CAR) ubicado en Mislata. Pero es una medida temporal. Si la persona está soltera, puede quedarse seis meses, y si tiene hijos a su cargo, un año. El alojamiento en estos centros no se puede eternizar. Si la gente desea ayudar ya, de forma inmediata, puede hacerlo con los refugiados que ya están en Valencia y que también necesitan ayuda», explican desde el CEAR de Valencia. En las sedes de las ONG los interesados pueden llevar los medios que consideren, pueden participar en las campañas de concienciación y recaudación de fondos o colaborar como voluntarios.

El coordinador de Cruz Roja en Valencia, Miguel Ángel Rodríguez, es de la misma opinión. «A principios de esta semana hay una reunión interministerial con las ONG y las comunidades autónomas para ver qué respuesta va a dar el Estado tanto a los refugiados como a la ola de solidaridad que no debemos dejar pasar. Pero, hasta que se resuelva cómo se va a canalizar el flujo de ayudas, las campañas de captación de fondos siguen en marcha porque nosotros llevamos años trabajando por los damnificados de estos conflictos», explica el coordinador de Cruz Roja.

Rodríguez también recalca la tarea que está destinada a la sociedad valenciana: la integración. «El Estado cuenta con capacidad para acoger las cifras de refugiados que baraja Europa (entre 120.000 y 160.000). Creemos que hay medios suficientes. Y cuando lleguen, al igual que los que ya están aquí, deberán aprender el idioma, buscar un trabajo, conocer nuestras costumbres... En esta labor, la sociedad es fundamental. hay una serie de cauces legales que hay que cumplir para acoger a un refugiado político. Agradecemos la voluntad de las familias y de toda la ayuda que estamos recibiendo y esperamos que esta línea de solidaridad continúe cuando ya estén aquí. Es muy duro lo que han pasado, lo que están pasando y lo que les queda. Cruz Roja trabaja aquí, en las rutas intermedias y en los lugares de conflicto. Ayudarnos a nosotros, ayudar a otras ONG es ayudarle a ellos», concluyó el coordinador de Cruz Rojas.

Los refugiados que residen en el CAR o en los alojamientos de CEAR pueden optar por algún otro lugar de residencia, al estar autorizados a permanecer en España. Tal vez sea más fácil, en principio, acoger a estas familias, a la espera de que lleguen los refugiados que el Gobierno pacte con la UE.

Ventanilla única para los expatriados

Entre las cuestiones que ONG como Cruz Roja han planteado a las Administraciones ante la llegada «urgente» de refugiados provenientes de países en conflicto „como Siria, Ucrania o Pakistán„ destaca la creación de una ventanilla única. «Perdemos mucho tiempo en dar de alta a los refugiados en el padrón, en la seguridad social, para escolarizar a los niños... Necesitamos una ventanilla única donde poder realizar todos los trámites. Esta ha sido una de nuestras peticiones a la hora de mejorar el sistema. Los refugiados que vendrán lo harán de forma extraordinaria», explica el coordinador de Cruz Roja, Miguel Ángel Rodríguez. La misma situación se vivió en los 90 en el conflicto de los Balcanes.