Predicar con el ejemplo. Las 647 parroquias que conforman la Archidiócesis de Valencia están revisando las instalaciones propiedad de la Iglesia para ver qué estancias pueden acoger a los refugiados que llegarán a España, procedentes de países en conflicto como Siria, Afganistán e Irak. Las dos parroquias que pertenecen al Vaticano acogerán a dos familias, y el Papa Francisco le ha pedido a las comunidades religiosas de Europa que hagan lo mismo. El Papa realizó esta petición el pasado domingo, y ayer, en Valencia, las parroquias ya estaban manos a la obra.

Así lo aseguraron fuentes del Arzobispado tras recalcar que, en un principio, los trabajos se centran «en buscar pisos, residencias y casas de ejercicios espirituales que cumplan las condiciones necesarias» para acoger a las familias de refugiados. «Estos son los espacios más adecuados. De todas maneras, si hiciera falta, también se estudiaría la apertura de conventos o monasterios, aunque ese no es el objetivo prioritario, de momento», apuntaron las mismas fuentes. Los trabajos se centran ahora en elaborar un listado donde cada parroquia plasme las propiedades que tiene disponibles. «Estamos trabajando en esta línea desde antes de verano. Ahora, las vicarías episcopales están revisando la disponibilidad de las viviendas para acoger a las familias desplazadas de los países en conflicto», añadieron desde el Arzobispado de Valencia.

El obispo de la diócesis Segorbe-Castellón, Casimiro López, por su parte, hizo ayer un llamamiento urgente a toda la sociedad para que, «pongan a disposición de refugiados y cristianos perseguidos las viviendas de su propiedad en las que puedan ser acogidos», así como para que ofrezcan donativos y otros recursos necesarios. Para ello, ha creado una Comisión para la Acogida, donde participarán responsables de la Diócesis de Segorbe-Castellón, de Caritas Diocesana, del Secretariado diocesano de Migraciones y de las congregaciones religiosas presentes en la Diócesis. Esta Comisión estudiará la situación, acogerá las peticiones y trabajará en colaboración con las instituciones públicas responsables en esta materia o comprometidas con esta causa.

Mientras la Iglesia revisa sus propiedades, las ofertas públicas y privadas para ayudar a aquellos que huyen de países en conflicto continúan. Entre ellas destaca la de «La ciudad de la esperanza», en Aldaia, que ofrece sus instalaciones para albergar a unas 30 personas. Se trata de varios bungalows, con habitaciones, comedor y baños, además de servicio de comedor y enfermería, según explicó ayer el presidente de la entidad, Vicente Aparicio. «El comedor ofrece actualmente cuatro menús diarios diferentes, tres de ellos para diabéticos, enfermos de colesterol y musulmanes», explicó el sacerdote. En principio, la oferta de alojamiento va destinada a refugiados hombres de 17 a 45 años, «ya que corresponde al perfil habitual de personas acogidas en las instalaciones de Aldaia», aunque, si es necesario, «la ayuda se extenderá a familias con niños dependiendo de la urgencia del caso».

De esta manera, la Archidiócesis de Valencia amplía las medidas de ayuda previstas, tras realizar un último llamamiento de la mano del director de Inmigrantes y refugiados, Olbier Hernández: «Necesitamos motivar a las familias y parroquias para que se impliquen en esta ayuda urgente a los refugiados, a las que nos convoca también nuestro arzobispo, Antonio Cañizares».