El curso arranca pasado mañana jueves con casi un tercio „el 31,2 %„ de las aulas de los centros públicos y concertados, 9.112 de un total de 29.181 unidades, con las ratios de alumnos por clase a tope en Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato. Todos estos grupos masificados están por encima del nivel de estudiantes por aula previo a los recortes de 2012 impuestos por el Gobierno del PP, a través del Real Decreto-ley 14/2012 de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo, que facultaba a las autonomías a aumentar las ratios máximas legales un 20 %.

La anterior Generalitat aplicó a rajatabla, ya desde el curso 2012-13, este incremento de las ratios que elevaba de 25 a 30 alumnos por aula en Infantil y Primaria, de 30 a 36 en ESO y de 35 a 42 en Bachillerato. La gran beneficiada por este aumento de la capacidad de las unidades, además de la Administración que se ha ahorrado contratar profesores interinos, ha sido la enseñanza concertada al poder atraer más alumnado en detrimento de la pública. De hecho, según los datos facilitados ayer por el conseller de Educación, Vicent Marzà, más de la mitad „el 54,5 % „ de las unidades de los centros privados sostenidos con fondos públicos „4.285 de 7.870 grupos„ superan los niveles previos a los recortes.

El pasado 19 de agosto, durante del debate de los Presupuestos Generales del Estado para 2016 en el Congreso, el Ministerio de Educación anunció que iba a permitir que las ratios máximas de alumnos por aula volvieran a los límites previos al real decreto de racionalización del gasto educativo de 2012.

Una medida, no obstante, con escasa incidencia en el curso que ahora comienza, donde la unidades con ratios máximas han descendido en 1.007 en relación al 2014-15, 692 de ellas en centros públicos y 315 en concertados. Según Marzà no se ha podido hacer más por dos motivos: «Porque el arreglo escolar „la planificación del curso„ la hizo el anterior el anterior Consell, y porque con los recursos que tenemos no hemos podido hacer más desdobles de grupos».

El conseller se queja de que el anterior equipo de la consellera popular Mª José Català, «en los seis primeros meses de este año gastó el 87 % del presupuesto para todo 2015».

Aún así, la conselleria que lidera el tándem Compromís-PSPV ha reabierto hasta 33 unidades públicas de Infantil, Primaria y Educación Especial suprimidas por Català en el arreglo escolar. Aulas, apunta Marzà, «cerradas por motivos ideológicos y no pedagógicos». El secretario autonómico de Educación, el socialista Miguel Soler, garantizó que de cara al próximo curso 2016-17, «no habrá ninguna aula de acceso a Infantil (3 años) de más de 25 niños así como tampoco habrá ninguna de entrada a ESO (primer curso) de más de 30 alumnos».

El conseller anunció también la creación de un mapa «totalmente transparente» de infraestructuras educativas donde tendrán «prioridad» los 30 centros docentes públicos que empiezan este curso alojados integramente en barracones. «Se ha acabado de decir mentiras a la gente», sentenció Marzà en alusión a uno de estos colegios que visitó este verano y en el que la anterior Conselleria prometió empezar las obras este septiembre «a pesar que no hay plano ni proyecto de ejecución hecho».

La previsión de la conselleria es que este jueves y viernes comiencen las clases 781.228 escolares desde Infantil hasta Bachillerato y FP en los 1.846 centros educativos de la C. Valenciana sostenidos con fondos públicos, 1.425 de ellos públicos y 421 concertados. Esto supone 5.448 alumnos más que la matrícula del pasado curso 2014-15. No obstante, pese al aumento del 0,7 % del alumnado, habrá 1.203 niños menos de Infantil 3-5 años, un 0,9 menos, debido a la persistencia de la caída de la natalidad.