Tal como indicaban las previsiones meteorológicas, las tormentas y la inestabilidad ayer continuaron en buena parte de la Comunitat Valenciana. El municipio que más agua recogió fue Altea, con 54,4 litros por metro cuadrado, seguido de los 52,6 que se registraron en Callosa d’En Sarrià, los 49,8 en los alrededores del embalse de Amadorio, y los 44,6 de Benidorm.

Por la mañana, una tromba de agua provocó inundaciones en algunas zonas de la Marina Alta. Alrededor de los 40 litros por metro cuadrado cayeron en Dénia anegando zonas como la playa Les Deveses, Les Rotes, Las Marinas y otros puntos como el acceso a la Marineta Casiana o el Camí de la Bota. No fue el único municipio de la Marina Alta azotado por el temporal. En Pego, el chaparrón provocó el corte de luz durante algunos minutos en algunas zonas del municipio, y en Xàbia, las lluvias y el mal temporal provocaron la cancelación de algunos de los actos previstos en las fiestas del Loreto.

En la Marina Baixa, zonas como la Cala de Finestrat se anegaron. En Benidorm también tuvieron complicaciones durante la mañana, con algunas calles inundadas, igual que los accesos a La Nucia, que también se llenaron de agua, lo que ralentizó la circulación de vehículos, al igual que en carreteras entre Calp y Altea.

Durante la tarde se abrieron grandes claros en prácticamente toda el territorio valenciano, que han dado un respiro al episodio de lluvias de los últimos días aunque se esperan nuevas precipitaciones para hoy, ya que siguen activas la alerta naranja para el litoral de Valencia y el norte de Alicante, y la alerta amarilla para el resto de la C. Valenciana. Además, se prevé que continuen las precipitaciones localmente fuertes y tormentosas, y las temperaturas continuarán en descenso y por debajo de la media de este mes.

«Agua bendita» para el campo

AVA-Asaja y la Unió de Llauradors califican las lluvias de los últimos días como «agua bendita» para el campo al ahorrar riegos, recargar los acuíferos y limpiar los árboles.

Así pues, son muy positivas y beneficiosas para el campo, ya que no se tiene constancia de desperfectos o daños en infraestructuras.

Ahorrar riegos, es algo «especialmente importante» según los agricultores, sobre todo después de tres años de sequía y con el precio actual de la energía eléctrica.

No obstante, en cultivos como el arroz, en la última fase de maduración antes de la recolección, existe «cierto temor» ante la persistencia de las precipitaciones. Y es que, si continuaran las fuertes lluvias, algunas espigas pueden quedar sumergidas y no germinar.