El miércoles, en el primer pleno operativo de la legislatura en las Corts, sucedió un hecho sin precedentes: Desde el palco de invitados, numerosos asistentes, integrantes de colectivos y ONG, aplaudieron constantemente las intervenciones favorables a la ley de sanidad universal que garantiza la atención a los inmigrantes irregulares. El presidente de la Cámara, Enric Morera, no intervino en ningún momento, como era moneda corriente en el pasado, para instarlos a cesar en su actitud, ya que el reglamento prohíbe que el público haga «muestras de aprobación o desaprobación». Mucho más dura, la resolución I/VIII, dictada por el extitular de las Corts Juan Cotino, obliga a los servicios de seguridad a expulsar directamente a quien lleve una camiseta o pancarta de contenido político o haga gestos de aprobación o desaprobación. Y es que Morera no tiene ninguna intención de aplicar el llamado ´reglamento Cotino´.

Sin embargo, eso no quiere decir que no abogue por unas normas de corrección y decoro. No obstante, su intención, aunque tiene facultades para dictar otra resolución de forma unilateral, es que las reglas de juego estén consensuadas con todos los grupos. También con el PP. Precisamente el miércoles, en la reunión de la Mesa de la Cámara se abordó un escrito del síndic de Podemos, Antonio Montiel, en el que insta a Morera a derogar ya la resolución de Cotino «en nombre de la democracia a la que nos debemos», pidiéndole que dicte otra norma «que permita la libertad de expresión». Para Podemos, cualquier persona que acuda al Parlamento debe tener «garantizado el derecho a la libertad de expresión».

La crítica es por el apartado de la resolución que regula las normas de comportamiento de diputados e invitados. En un tono casi policial, la norma adoptada por Cotino mandata a la Presidencia a «actuar inmediatamente« cuando los diputados «utilicen piezas de ropa, carteles, fotografías, pancartas u otros elementos materiales que pudieran resultar alusivos a algún diputado [el «Wanted Camps. Only alive» de Mònica Oltra], institución o terceras personas», instando a la adopción de medidas «sancionadoras y disciplinarias». Si los servicios de Seguridad detectan que alguien lleva una prenda u objeto «impedirán su acceso al recinto parlamentario». De ahí los registros a personas para quitarles camisetas con lemas políticos que han llegado a producirse. Tampoco se permitirán «gestos en la tribuna de aprobación o reprobación», ordenando la expulsión de los autores.

La Mesa de las Corts «tomó nota» del escrito de Podemos y ahora Morera se ha propuesto lograr un consenso con todos los síndicos de los grupos para firmar una norma que garantice un nuevo «marco de convivencia» y, a la vez, «permita la libertad de expresión dentro de una corrección». «Y ello porque queremos que las Corts sean el reflejo de lo que hay en la sociedad», apuntó. La traducción, siempre a expensas de los que acuerden los partidos, es que ya no se perseguirán las ´camisetas pancarta´ en las Corts. La idea de Morera es «gestionar» estas situaciones de conflicto y tensión «desde la palabra». Y no con la maza.