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Entrevista | Jaume Durá

"Acoger a un refugiado no es compartir habitación, tiene que estar organizado"

Durá asegura que la protección a los exiliados «no es voluntarismo, es una obligación del Estado»

"Acoger a un refugiado no es compartir habitación, tiene que estar organizado"

Hace dos semanas España no podía asumir más de 2.400 refugiados y una semana más tarde acepta 14.000, asegurando que no pondrá límites a nuevas cuotas. ¿Qué ha pasado?

Sí, en un primer momento España fue a la baja y aceptó menos de los que le correspondían. Finalmente aceptó 1.449 de reasentamiento y 1.300 de reubicación, lo que se aprobó antes de verano. Ahora la UE, después de este drama de crisis humanitaria, y quiero recordar que es el mayor desplazamiento de personas desde la Segunda Guerra Mundial, habla ya de cuotas obligatorias. Esto, con la salida de la sociedad civil en apoyo de los refugiados, ha obligado a los gobiernos a que acepten lo que les corresponde. Así a España vendrían 14.931 personas de reubicación, es decir, que hayan llegado ya y permanecen en países como Hungría, Italia o Grecia para aliviar su carga de refugiados.

¿Cree que las elecciones de diciembre influyen en este cambio de actitud del Gobierno?

Es una pregunta complicada. Sin conocer la consigna interna, entiendo que todo influye. El drama que se está viviendo hace que los países no vayan a la baja y no regateen las cuotas que se les está imponiendo. De hecho, la UE está dispuesta incluso a imponer sanciones.

A España aún no ha llegado ningún refugiado ni del cupo de julio ni de este último. ¿Está preparado el país para asimilar una acogida de esta magnitud?

Sin que se sepa cuándo van a llegar, los centros de acogida de refugiados están colapsados a día de hoy. Me preocupa que no podamos solucionar los problemas que ya hay porque vamos a tener que acoger a muchas más personas: Ya tenemos un problema sobre la mesa con las citas para las entrevistas de solicitud de asilo. Por eso el gobierno central ha pedido que desde el principio a las autonomías que vayan buscando todos estos dispositivos de acogida municipales. En la Comunitat Valenciana, por peso específico, nos tocará el tercer o cuarto mayor grupo, unas 1.300 personas calculo. En CEAR ya tenemos 30 plazas de nuestro centro de acogida en Cullera preparadas.

Aquí es donde entraría la red de solidaridad ciudadana y municipal que está surgiendo.

Hay que decir que hay personas que huyen de conflictos recientes como el de Ucrania en lista de espera para entrar en los CAR, centros de acogida de refugiados. Faltan plazas, la administración no está siendo ágil y puede que haya familias en lugares que no corresponden a su condición de refugiados. Es el caso de familias en Valencia que, una vez hecha la solicitud para pedir asilo, no tienen hueco. Aquí entonces ya tiene sentido la red de solidaridad, no ya la de las familias, sino la de los municipios que ponen a disposición del gobierno central dispositivos de acogida; no hablamos de polideportivos, esto no es una riada en la que hay gente a la que se le ha inundado el bajo de la casa. Hablamos de pisos, albergues, edificios como los CAR donde tienes un comedor, dependencias administrativas y lugares para clases de español. Podría valer el piso de una familia si reúne una serie de condiciones y se cede a una administración para que lo gestione: no hablamos de compartir habitación, sino de un dispositivo organizado.

El país nunca ha cobijado a tanta gente en su historia reciente.

Es la primera vez, pero lo que asume España no son cifras para nada altas si las comparamos con los demás países de la UE. Partimos de la base de que España concedió menos del 1% de todas las peticiones de asilo que hubo en la UE. Por tanto le corresponde un aumento para estar al nivel de los demás países de la Unión... Y claro en su momento hará falta gente que hable árabe y otros idiomas, gente que haga acompañamiento. Todo esto debe estar profesionalizado y va a ser necesaria la solidaridad de la ciudadanía y las instituciones durante todo el proceso de integración de estas personas.

La acogida de refugiados no es opcional, sino una obligación de los estados firmantes de las convención de Ginebra. Escatimar o ignorar el derecho de asilo equivaldría al delito de omisión de socorro en, por ejemplo, un accidente de coche?

Para la Convención de Ginebra es una obligación la protección internacional de personas que huyen por estos motivos. Los estados tienen obligaciones jurídicas y no sólo morales, por lo que el incumplimiento de todo esto daría pie a sanciones internacionales, como está haciendo la UE. Lo que esta claro es que los países no pueden restringir los derechos humanos y lo que está claro es que estamos hablando de derechos humanos. No hablamos de voluntarismo, hablamos de obligaciones. Y esta es una de ellas.

El Convenio de Dublín determina que el primer país al que se llega es donde corresponde pedir asilo.

Teniendo en cuenta los desplazamientos desde Oriente Medio y el centro e África hacia el norte del continente, ¿sabía España lo que firmaba?

Si huyo de un conflicto busco un país seguro: en Europa son todos seguros, así puede que busque el país que mejores condiciones me dé, pero hay una norma en ese convenio que determina que el primer país que te da el visado es el que te corresponde a la hora de pedir protección. Pero las fronteras físicas no tienen por qué ser las que más refugiados acogen; si yo cruzo por Italia pero no me cogen la huella, no me reseñan y por tanto si llego a Alemania ellos no saben por dónde he entrado. En el caso de España, la mayoría de solicitantes de asilo entraban por el aeropuerto de Barajas, aunque ahora desde Melilla o Ceuta muchísima gente entra intentando pasar como trabajadores transfronterizos.

¿No hay otra manera de pedir asilo?

No hay otra forma de pedir asilo. Estamos hartos de decir que cada vez que se impiden los visados humanitarios o la posibilidad de que una persona entre de forma regular o de que pida asilo en las embajadas, lo que hacemos es poner a esta gente en manos de las mafias. Lo que hacen es pagarle una cantidad de dinero para montarse en una barca y jugarse la vida. Hay alternativas que se pueden hacer, no cuestan nada y que ya existían en la normativa anterior, como es el poder pedir asilo en embajadas y consulados. Si una persona de Siria pudiera hacer una solicitud de protección internacional en la embajada española en Beirut, no se jugaría la vida para cruzar al Mediterráneo. Lo que ocurre es que se destinan miles de millones para hacer esta «Europa fortaleza» e impedir el acceso a la frontera. Así te impido llegar y te impido que ejerzas tu derecho a solicitar el asilo. Además se negocia en los países en tránsito para que custodien las fronteras: se delega el control de nuestras fronteras en países que vulneran derechos humanos.

¿Hablamos de Marruecos y de las devoluciones en caliente en Ceuta y Melilla?

Claro, ¿qué pasó en la playa del Tarajal? Es el concepto de frontera chicle; ¿cuándo estoy en España? ¿En el primer perímetro, en la primera valla, en la segunda? Es un juego macabro delegar en Marruecos el control de la frontera. El hecho de que la gente se juegue la vida en el mar es porque no tiene otra manera de entrar en Europa. Cuanto más dificultamos el acceso, la gente busca formas cada vez más complicadas de pedir asilo. Acordémonos si no de los camiones con gente asfixiada dentro.

Se ha escuchado estos días a algún español en situación de desamparo económico y social decir «ojalá fuera sirio» debido al paquete de derechos que conlleva la protección o el asilo del Estado. ¿Cree que puede haber tensiones en el país por un posible agravio comparativo?

Estoy convencido de que a nadie le gustaría ser sirio en estos momentos. Tener que huir de una guerra, dejar tu país y toda tu vida atrás y no tener nada. Nadie quiere ser un eritreo o un iraquí: si analizamos el sufrimiento de esas personas vemos miles de muertos y familias destrozadas. Y si alguien pasara por todo esto le gustaría ser acogido de forma digna en algún país. Conviene recordar que nosotros fuimos refugiados también y fuimos acogidos en México y en otros países.

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