El Consell Nacional del Bloc no se salió ayer del guión previsto y, tal como adelantó este diario, convocó un referéndum vinculante en el que sus bases decidirán si el Bloc apuesta por que Compromís vaya en solitario a las Generales o si se explora el pacto con Podemos. Eso sí, la pregunta del referéndum somete las negociaciones a condiciones muy exigentes que prometen convertir el pacto con Podemos en una camino lleno de obstáculos.

La convocatoria del referéndum es un movimiento con cierto riesgo por parte de la dirección de Enric Morera. Se produce para acallar las voces críticas contrarias al pacto dentro de la formación nacionalista. El eurodiputado, Jordi Sebastià, los alcaldes de Sagunt y Tavernes (el también diputado Jordi Juan) y decenas de cargos y militantes se han mostrado en contra. Este referéndum llega apenas un mes después de que la militancia ya votara en una consulta (no vinculante) y se diera el visto bueno a las negociaciones. Entonces, sin embargo, hubo una participación escasa y los críticos al pacto dentro del Bloc afearon que la consulta no tuviera carácter decisivo.

Un gesto de doble filo

Ahora, el partido vuelve a darles la palabra. Un gesto de doble filo ya que deja en manos de los críticos del Bloc la posibilidad de tumbar el pacto, lo que podría generar una gran crisis dentro de Compromís, donde la Iniciativa de Mònica Oltra apuesta claramente por la alianza con Pablo Iglesias.

En los cálculos de la dirección del Bloc, no obstante, no hay otro escenario que el «sí» a las negociaciones. Han aceptado las peticiones de los contrarios y han incluido en el referéndum unas líneas rojas más duras y exigentes que las de la consulta de hace un mes: un grupo valenciano propio en el Congreso y con la portavocía para un diputado de Compromís; la marca y la imagen de Compromís por delante de Podemos en el nombre, y más visible en la papeleta y la campaña; un programa común Compromís-Podemos que sea vinculante a la hora de apoyar pactos de investidura del nuevo presidente del Gobierno; y, la novedad, debatida ayer, de que los candidatos de Compromís «lideren» la lista en las tres provincias. Aunque ayer quedó claro en el debate que «liderar» no significa obligatoriamente encabezar las candidaturas.

Aceptando las condiciones de los críticos, la dirección doblega las reservas de quienes ven en el pacto una renuncia a la autonomía de la coalición, y dan por hecho que la militancia confiará en la dirección para explorar el pacto.

Una vez con las manos libres, el Bloc (y Compromís) se sentarán con Podemos, y esa propuesta final deberá volver a ser ratificada tanto por las bases de Bloc como las de toda la coalición. El Consell Nacional aprobó este acuerdo con una sola abstención. Las votaciones comenzaron ayer mismo y se podrá participar a través de internet hasta el sábado, cuando se abrirán también urnas para la votación presencial.