Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista | Ana María Cuervo

"Envejecer no es inevitable, pero hay que cambiar hábitos para alargar el tiempo sano"

«La idea es que si mejoramos los sistemas de limpieza celular o evitamos que disminuyan con la edad podremos eliminar las proteínas mutadas del alzhéimer»

"Envejecer no es inevitable, pero hay que cambiar hábitos para alargar el tiempo sano"

La doctora Ana María Cuervo (Barcelona, 1966) es un referente internacional en el estudio del envejecimiento. Menuda de apariencia y grande en su ímpetu científico, la investigadora, que se forjó en los laboratorios del antiguo Instituto de Investigaciones Citológicas de Valencia tras acabar la carrera de Medicina, explica el contenido de sus investigaciones con la pasión de una enamorada, el coraje de una aventurera y la determinación de quien lo apuesta todo en su quehacer diario. Esta científica fuera de serie que ha pronunciado una conferencia magistral en el congreso nacional de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular de Valencia, patrocinada por el programa L´Oréal-Unesco «For women in Science», apunta que para retrasar el envejecimiento es fundamental facilitar el trabajo de limpieza en el interior de la célula (para que no haya tantos residuos que limpiar) y para ello hay que comer poco y espaciadamente.

¿Envejecer es inevitable?

Nosotros no pensamos que sea inevitable. Yo creo que se puede cambiar mucho. Lo que de verdad es importante no es el tiempo que vives, sino el tiempo que vives sano y una vez que no estás sano, eso sería envejecer. Alargar el tiempo que vives sano sí que se puede hacer, eso es lo que la ciencia está haciendo, yo no creo que eso sea inevitable, lo único es que hay que cambiar muchas cosas.

Su equipo trabaja en los sistemas de limpieza celular.

En el envejecimiento no hay un factor único, pero la idea es que si empiezas a atacar o a evitar alguna de estas causas, eso ayuda a que las otras no ocurran. Se han definido siete pilares del envejecimiento, aunque en Europa son cinco. Son esas ideas comunes que pasan todas las personas que envejecen y que están presentes en todas las enfermedades relacionadas con el envejecimiento y uno de estos pilares es la limpieza celular.

¿En qué consiste ese proceso?

Lo que se ha aprendido, y nosotros contribuimos un poquito a ello, es que según te vas haciendo mayor, incluso aunque estés sano, los sistemas de limpieza celular empiezan a funcionar peor.

¿Y eso cómo ocurre?

Cada una de las células del cuerpo tienen unos sistemas que detectan que en cuánto hay algo de daño, lo eliminan antes de que se acumule, porque cuando se acumula es muchísimo más difícil eliminarlo. La ventaja de estos sistemas es que no solo eliminan lo malo, sino que además lo rompen en trozos que se pueden reutilizar, o bien para darle energía a la célula „es como romper una mesa y usar la madera para hacer fuego„ o para sintetizar nuevas moléculas con las partes de la célula que estan sanas.

¡Qué admirable!

Es un sistema extremadamente eficiente. Siempre digo que las células son el mejor sistema de reciclado del mundo, porque son capaces de destruir lo mano y utilizar lo bueno. Y funcionan muy bien. Puedes ir a la playa, exponerte a la radiación violeta, dañar tus células y si eres joven, las células reparan ese daño, pero según te vas haciendo mayor esos sistemas de limpieza ya no funcionan tan bien.

¿Cuántos sistemas hay?

Varios. Nosotros nos hemos centrado en uno que se llama ´Autofagia´ y lo que estamos intentando ver es que ahora que sabemos que esos sistemas disminuyen según te vas haciendo mayor, hemos empezado a buscar enfermedades relacionadas con el envejecimiento en tres áreas: Neurodegenerativas (alzhéimer, párkinson y Huntington), Metabólicas (diabetes, obesidad) y cáncer, porque el mayor riesgo de cáncer es el envejecimiento.

¿El sistema se deteriora diferente según la enfermedad?

Hemos conectado alteraciones con cada una de esas enfermedades y con el envejecimiento normal. La idea, primero, es aprender cómo funcionan, ver cómo dejan de funcionar, ver cómo se han dañado y, lo más importante desde el punto de vista de biomedicina, buscar formas para repararlas o para que no se dañen y eso mejoraría la limpieza.

¿Cómo se limpia la célula a sí misma?

Lo mismo que en casa tienes la escoba, la aspiradora y el mocho, la célula también tiene sistemas de limpieza diferentes. Estamos buscando los componentes moleculares. Y como tenemos modelos de envejecimiento normal y distintos modelos animales de estas enfermedades (neurodegenerativas) y muestras de pacientes, vemos por qué no funcionan y qué es lo que está estropeado para desarrollar intervenciones que puedan mejorar estos sistemas, reparándolos o usando otros si no se pueden reparar, como cuando se rompe la escoba y usas la aspiradora.

Ustedes, precisamente, han descubierto por qué deja de funcionar uno de esos sistemas.

Se llama «autofagia mediada por chaperonas». Para llegar a los lisosomas, que son como bolsas donde se echa la basura y donde se degrada, hay muchas vías. Hay procesos en plan masivo, como cuando utilizas los camiones enormes de la basura y otros más selectivos, como el que estamos estudiando.

¿Cómo actúa?

Si tienes una proteína dañada en la célula y alrededor muchas que funcionan, en vez de tirarlas todas para eliminar la dañada, la autofagia por chaperonas identifica la que está mal y la lleva directamente al lisosoma, a esa bolsa. Esta vía en particular es curiosa, porque el descubrimiento empezó aquí con Erwin Knecht cuando esto era entonces el Citológico, ahora Centro Príncipe Felipe, y empezamos a caracterizar una proteína que se llama chaperona que busca en la célula lo que no funciona, como si dijera: ´quítame de en medio que voy a montarla aquí´. Entonces la chaperona llega, identifica la proteína dañada que tiene que ser eliminada y la lleva a la bolsa de degradación, pero para entrar tiene que empujarla.

¿Y eso cómo lo hace?

Lo que hemos identificado es que hay otra especie de proteína en la bolsa que se llama LAM2A, que es como si fuese una antena a la que se agarra la chaperona con lo que lleva para tirar; se queda allí, y la LAM2A forma una especie de canal o agujero por el que van a pasar las partes malas de la célula que hay que tirar. Y la ventaja es ese canal que se forma alrededor de la proteína dañada que entra, con lo cual nada sale, todo entra muy bien, todo es muy cuidadoso. Hemos estado muchos años identificando como ocurría eso. Y lo que hemos descubierto es que según te vas haciendo mayor los niveles de LAM2A disminuyen, no a nivel genético, porque todos tenemos ese gen que se sigue expresando aunque seas mayor, sino que el tiempo que dura es menor. Si normalmente dura tres días, cuando te haces mayor dura día y medio y el otro día y medio te lo pasas sin ese canal para la basura que se queda fuera.

¿Y eso afecta a la función celular?

Se forman agregados que son como piedrecitas llenas de proteínas que se acumulan en la célula y que pensamos que afecta a la función celular. Lo que nos interesa a nosotros es que en enfermedades como alzhéimer y párkinson hay una proteína con una mutación que se comporta mal, y que tiende a agregarse y que si la eliminas continuamente no tienes problemas, porque la gente que tiene alzhéimer tiene la mutación desde que nació, pero no aparece hasta los 70 u 80 años, lo que significa que mientras eres joven y los sistemas de limpieza funcionan bien, la chaperona dice: ´tu te vas´, y la elimina y al hacerte mayor, esa proteína mutada empieza a acumularse, ocasiona la muerte de las neuronas y aparece la patología. La idea es que si mejoramos los sistemas de limpieza o evitamos que disminuyan con la edad, podremos eliminar esas proteínas mutadas del alzhéimer y el párkinson como cuando éramos jóvenes.

¿Y cómo se mejoran?

No creo que todos los cambios vayan a ser a través de medicamentos, hay muchos cambios dietéticos y de hábitos de vida que pueden mejorar la actividad de estos sistemas desde que uno es joven. El envejecimiento es multifactorial y todos están interconectados, uno es la limpieza celular pero también están las modificaciones genéticas y el metabolismo, que es muy importante, porque envejecemos porque comemos.

Parece una máxima.

Y es verdad, cuando utilizas la energía de los alimentos generas residuos pero si tu sistema de limpieza está bien, esos residuos no van a ser tanto problema. Fernando Macián (su esposo) trabaja en el sistema inmune, autofagia y envejecimiento y ha demostrado que si mejora el sistema de limpieza, en particular el de LAM2A, animales viejos tienen una respuesta inmune muchísimo mejor y una cosa muy básica que es la limpieza afecta a todo el organismo.

¿Comer menos?

Una cosa que me parece curiosa es que si te fijas en todas las religiones hay un periodo de ayuno. Creo que, seguramente, no sabían de la autofagia pero sí de lo beneficioso que es tener un periodo de desintoxicación porque activas estos sistemas. Y la única intervención que, desgraciadamente, retrasa el envejecimiento es la restricción calórica, que activa los sistemas de limpieza porque si ayunas y no metes comida a la célula, usa todo lo que está dañado para sacar energía y esa es otra forma de activar los sistemas.

¿Espaciar las comidas?

Pensamos que no se trata de ayunar, sino de hacer tiempo entre las comidas, que las células tengan tiempo suficiente para recurrir a esas cosas que se van acumulando.

¿Cuáles son sus modelos?

Queremos reproducir lo que pasa en los centenarios, he entrevistado a muchos de ellos y están superbien y vuelves a las pocas semanas y se han muerto. La idea es que no tengas esos veinte años en los que te pasas yendo al médico cada dos semanas, o siendo dependiente... Lo que hemos visto es que los centenarios tienen mejores sistemas de limpieza, y cuando miras las células no hay agregados, no hay daño. Y queremos aprender y ver qué lo que hacen bien para hacer lo mismo. Y una de las cosas que hacen es que limpian muy bien sus células y eso hace que las células respondan.

Compartir el artículo

stats