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Julián García contó el domingo con la colaboración de su ayudante, el joven Luis Borda, para cocinar entre los dos la mejor paella. «Es un chico que tiene mucha inquietud y quise que viera cómo se cocina una paella valenciana en el sitio, y al estilo tradicional con leña», cuenta. «Y no hay más secreto que mimarla y cuidarla, porque el fuego manda y te condiciona, y puedes hacer muy bien el sofrito, pero como te descuides con el fuego estropeas la paella», asegura. A la hora de elaborar el plato, «le debes prestar atención, estar pendiente y valorar lo que tienes entre manos».

Tras la experiencia de hace dos años, está convencido que el galardón repercutirá positivamente en el restaurante madrileño, igual que sucedió en su establecimiento de Cuenca. «Entonces a mí me sirvió mucho el premio del concurso de paella, y ahora esperemos que la gente de Madrid también sepa valorarlo». Su opinión sobre el concurso es muy buena. «Considero que es lo mejor que hay en España. La organización cada año se supera», explica. Para García, toda promoción del certamen es poca, porque «si no sabemos llevar nuestro producto fuera de nuestra tierra, no lo vamos a vender», dice.