El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, explicó ayer que el inspector jefe del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zapadores de Valencia ha solicitado de forma voluntaria abandonar el cargo y pasar a una actividad «más tranquila» hasta su jubilación, porque «es una persona de 60 años» y la ley le permite pedir el pase a la segunda actividad.

Fuentes sindicales de la Policía, sin embargo, señalaron que el inspector jefe «estaba quemado» tras alrededor de 15 años de dedicación al CIE porque «no se ha sentido respaldado en su trabajo y su gestión ha sido cuestionada. Con más de 60 años y una larga trayectoria en la policía, la petición de segunda actividad es una opción normal, especialmente si el trabajo no es cómodo; pero realmente no se ha valorado su trabajo», han señalado esas fuentes. «El CIE no se atiende como es debido, no hay fondos para su correcto mantenimiento y eso genera tensiones. El incidente del amotinamiento habrá sido la gota que ha colmado el vaso», aventuraron.

Fuentes conocedoras de la decisión negaron que el inspector-jefe se sintiera desamparado por sus superiores, aunque admitieron que se sentía «cansado» de estar siempre en el punto de mira y que el último motín ha precipitado su decisión.