Objetivo: encontrar una fórmula política y jurídica que permita sumar los votos de Compromís y Podemos en las Generales y que contente al mismo tiempo a los críticos del Bloc, a Mònica Oltra y a Pablo Iglesias. A esa misión casi imposible van a tener que consagrarse desde hoy los fontaneros del Bloc e Iniciativa, socios mayoritarios de Compromís, si quieren que las generales de diciembre, en el mejor momento de su historia, no provoquen la fractura de la formación.

El referéndum del Bloc ha sido un mazazo a las expectativas de Mònica Oltra, para quien el acuerdo con Podemos parece poco menos que irrenunciable. Ante las presiones internas, la dirección del Bloc dio voz a sus 3.000 militantes y el 74% dice que ni siquiera quieren sentarse a negociar. Prefieren que Compromís se presente sola a unos comicios en los que puede colocar tres diputados en el Congreso.

El referéndum «va a determinar la postura del Bloc», pero «no puede determinar la de Compromís. Es uno de los partidos que componen la coalición. Hay otros dos», respondió ayer Mònica Oltra al partido que lidera Enric Morera. El choque está servido.

Los próximos días son clave. Hoy se reúne la dirección del Bloc y mañana, probablemente, algún órgano de Compromís. Lo que ocurra de aquí al 3 de octubre será definitivo. Ese día se reúne la asamblea general de Iniciativa. Será algo así como su «referéndum». Si entonces no existe una alternativa de consenso que supere la fórmula de la suma de siglas en que se ha planteado el pacto hasta ahora y el partido de Oltra y Pasqual Mollà dice «Sí», el bloqueo en Compromís está asegurado.

Y es que en el Bloc ya dan por cerrada la puerta al pacto bilateral. Morera celebró ayer el ejercicio de democracia interna y advirtió que «las bases deben ser escuchadas y participar plenamente en los procesos de configuración y decisión de las organizaciones». El mensaje lleva carga de profundidad. Se ha extendido en el Bloc la idea de que este iba a ser un pacto cerrado entre Oltra e Iglesias. Morera valoró que la militancia nacionalista «confía plenamente en las posibilidades de Compromís como proyecto».

Enntre los nacionalistas, algunos apuestan por buscar fórmulas que superen esta encrucijada para las dos almas de Compromís. «Tenemos un mes para elaborar una posición común». «La propuesta del 'espai taronja', si se explica bien, está en el denominador común» de los dos socios, apuntan. «Supone ampliar la cooperativa, una propuesta que sea inclusiva y que permita el grupo propio», explican. La idea, como ya contó este diario, pasa por crear una nueva marca, legalizada en Valencia y no por Podemos en Madrid, que se visualice como «el partido valenciano».

El 27S y la fuerza de Podemos

Lo cierto es que esa «marea taronja» no parece muy lejana a algunas fórmulas que circulan en Iniciativa. Frente al pacto de siglas puro, se plantea también una candidatura «legalizada en Valencia» y que represente claramente a Compromís, Podemos y quien quiera sumarse. «Amb el teu Compromís podem», sugiere alguien a modo de tormenta de ideas. En una palabra: votos para configurar un grupo valenciano en el Congreso y diputados que respalden una hipotética investidura de Pablo Iglesias. «Sería una candidatura del 30%, de un millón de votos», aventuran.

El obstáculo de estas vías es que necesitan la renuncia de Podemos, que quiere ser el «jefe» en sus alianzas periféricas. El resultado de las catalanas resituará al alza o a la baja sus capacidad para exigir. De momento, el líder de Podemos, Antonio Montiel, realiza una lectura de la consulta del Bloc similar a la de Oltra. «El Bloc es una parte de Compromís y su decisión final vendrá tras escuchar a todas las partes», valora. Montiel reclama «altura de miras» ante el momento histórico. Si no, advierte, sus 450.000 votos pueden retroceder por el voto útil.