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Tribunales

Un proceso vibrante

El Tribunal de Marcas celebra una vista para determinar si una empresa de vibradores de Alaquàs ha copiado diseños de otra alemana Una de las expertas declara que hace años que «apuestan por formas de animales»

Un proceso vibrante

«El mercado de los vibradores hace muchos años que dejó de dedicarse a hacer pollones. Ahora son juguetes, en los que prima el diseño y la imaginación y buscan desdramatizar el sexo». Con estas palabras defendía ayer en una vista celebrada ante el Tribunal de Marca Comunitaria una experta en el mercado de los juguetes eróticos la singularidad del diseño de una marca de vibradores en el litigio que sostiene contra otra a la que acusa de haberle copiado algunos de sus diseños.

La mercantil alemana Fun Factory mantiene un enfrentamiento en los tribunales con otra empresa de Alaquàs, Life is Short SL, por el diseño de algunos de los productos de su catálogo. La firma valenciana adquirió los productos en China y los distribuye a través de Internet. El juzgado de lo Mercantil condenó hace menos de un año, como publicó Levante-EMV, a Life is Short a retirar sus productos del mercado y a tener que indemnizar a la demandante. Sin embargo, la firma valenciana ha apelado ante la Audiencia Provincial, motivo por el que ayer se celebró una vista en la Audiencia Provincial.

Fun Factory, que está representada en este proceso por el abogado Eric Jordi Cubell y la procuradora Sonia Budi, ha pedido la desestimación del producto y pidió la declaración de una profesional en la distribución de productos eróticos y que tiene la exclusiva para la distribución de los productos de la marca en el mercado nacional.

«Conocí estos productos en el año 1996 en una feria y me llamaron la atención por su diseño diferente e innovador. Era muy simpático y muy femenino», explicó. En su opinión, los productos de Fun Factory siempre se han caracterizado por «desdramatizar el sexo» y tienen una imagen singular. La marca defiende la necesidad de innovar en el diseño ante un público que cada vez es más exigente y sabe lo que quiere. Para ello se apuesta por formas de animales, no necesariamente fálico.

Por su parte, los letrados de la empresa demandada y que ha recurrido su condena insistió en que los productos que distribuye su empresa son diferentes y que la forma «fálica» es habitual en los diseños de los vibradores. En este sentido, incidió en que uno de los productos supuestamente plagiados es un delfín en la otra marca, mientras que en la otra es una foca. «El cuello es recto y no hay relieves. En una hay dos botones en el otro uno...», argumentó. También se puso en duda la imparcialidad del testigo presentado por la otra marca, alegando que trabaja para ellos puesto que es el distribuidor exclusivo de la marca y puso en duda el carácter de experto de éste, puesto que desconocía el nombre de otras marcas potentes en el mercado español.

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