Nunca un telonero generó tanta polémica. El llaurador de Alboraia y activista de Per l'Horta Vicent Martí aprovechó su intervención como presentador de la vicepresidenta Mònica Oltra en el Fòrum Europa Nueva Economía para disparar una traca de reprimendas al mundo de la moqueta y de las corbatas, de la apariencia y de la opulencia, que, según Martí, conforman políticos, empresarios y periodistas, tres grupos de población que viven ajenos a la calle. Sus palabras durante el desayuno que tenía a Oltra como conferenciante resultaron indigestas para una parte de la selecta concurrencia hasta el punto de que el presidente de este foro, José Luis Rodríguez, envió ayer cartas de disculpa a sus asociados y a la prensa.

En un escrito remitido por correo electrónico, Rodríguez, en el nombre propio y «en el de los patrocinadores», trasladó que lamenta «profundamente que los asistentes al desayuno (...) hayan podido sentirse ofendidos» por lo que califica como «inusual estilo» y por las «palabras utilizadas por el ponente». En el Fórum Tribuna Mediterránea entienden que las expresiones «que muchos asistentes consideran insultantes y vejatorias, no son compatibles con la misión y trayectoria» de ese espacio de debate, que se autodefine como «plural, respetuoso en las divergencias y sereno».

«Consideramos que las formas y expresiones usadas por el citado presentador no se justifican en absoluto bajo el derecho a la libertad de expresión», llegan a sentenciar en el mensaje de reproche al llaurador que ensalzó la figura de Mònica Oltra, a la que consideró como un ejemplo de «valentía y agallas» para hacer una política «humanitaria». En la carta se facilita incluso el enlace al vídeo colgado en YouTube con la intervención de Vicent Martí. «Ella está en la huerta y en la calle; esa es la diferencia con ustedes», espetó a los asistentes. La vicepresidenta pidió ayer al Fòrum un espacio para que Martí se explique y Ximo Puig apeló a la libertad de expresión.

Vicent Martí, desnudo de traje y corbata, recriminó a los presentes que «ahí fuera, el mundo vive de otra manera». «No sé cómo hay aquí esta riqueza aparente y hay gente que no tiene para comer», denunció. «Una sociedad que se muere de asco y llega justo a fin de mes», agregó. «¿En qué mundo viven ustedes?», se preguntó para satisfacción de algunos como el alcalde Joan Ribó, la aprobación de otros y la indignación de unos cuantos.