A través de la fotosíntesis las hojas de las plantas convierten la luz del Sol en energía química que emplean para transformar el C02 del aire y el agua en carbohidratos y oxígeno (02). Parte de esa energía vuelve a la atmósfera como fluorescencia. Para medir esta luz rojiza y relacionarla con el carbono absorbido, FLEX elimina la reflectividad de la luz solar recurriendo a las bandas de absorción del 02 en la atmósfera, que en la longitud de onda de 759 nanómetros atrapan dicha luz.